Júlia Rodriguez Maeso es la chica hija de Esparreguera, en el Baix Llobregat (Barcelona), que ayer murió aplastada por un árbol de 2.000 kilos y 15 metros que, por culpa del viento, cayó a Madrid, en la calle de Almagro de la capital española. La chica, que paseaba por la zona con sus padres, Juan José y María Pilar, estaba en Madrid residiendo haciendo prácticas de lo que era su pasión, la biomedicina. Júlia había estudiado en la Universidad de Barcelona el grado de Ciencias Biomédicas y ahora estaba viviendo en Madrid, donde trabajaba como estudiante en prácticas a la farmacéutica Novartis. Antes había trabajado en Evidence, también en Madrid, y estaba estudiando un máster en Farmacia y Biotecnología en la escuela de negocios Talento-Ephos, también en la capital española.

De Esparreguera en Madrid

Nacida en abril del año 2000 en este municipio del Baix Llobregat, su familia, igual que ella, son muy conocidos. Sus padres llevan una autoescuela que si bien en un primer momento estaba en Esparraguera, ahora está instalada en Collbató, un municipio a tocar. Todo el mundo que la recuerda explica que era una alumna brillante. Desde el instituto que ya destacaba por sus notas.

 

La carrera que hizo, como también la formación superior, demuestran que el futuro de la joven Júlia era prometedor, un hecho que todavía hace mucho más grave, duro e irreparable, el dolor que deja la muerte, por sopresa, aplastada por un árbol, de la chica de Esparraguera. Compañeras de clase de Júlia Rodriguez Maeso explican que era brillante y, al mismo tiempo, muy buena persona. Después de acabar sus estudios en el instituto de Esparreguerra empezó la carrera en la UB y después ya fue hacia Madrid, donde se instaló y donde este jueves murió por la caída de un árbol durante el temporal de viento Ciarán.

Cinco heridos en la caída del árbol en Madrid

Además de la muerte de la joven del Baix Llobregat, cinco personas más resultaron heridas por la caída del árbol. Sus padres, Juan José y María Pilar, que estaban en Madrid para asistir a un acto con ella, tuvieron que recibir asistencia psicológica urgente cuando se confirmó que su hija, que estaba atrapada bajo el árbol de 2.000 kilos había muerto. El árbol que cayó sobre Júlia estaba clasificado como de riesgo, por el Ayuntamiento de Madrid, y ya estaba tocado. El fuerte viento que este temporal ha dejado en varios puntos de la Península y también por toda Europa, lo hizo caer.