El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad de asesinato y agresión sexual al acusado de matar a una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú la tarde del 4 de junio del 2018. El jurado sostiene que el acusado, Joan Francesc López Ortiz, de 42 años, que no estaba bajo los efectos ni del alcohol ni de las drogas, obligó a la niña a entrar en su piso y se tiró encima para atentar contra su identidad sexual. Después la mató con estrangulamiento y asfixia utilizando un collar de perro. Fue una muerte "lenta, agonizante, consciente y cruel".
La fiscalía pide la prisión permanente y revisable (mínimo de 25 años) por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento en contexto de un delito contra la libertad sexual y diez años más de prisión por agresión sexual a menor de 16 años.
Hunden la tesis del asesino
Durante una de las últimas jornadas del juicio del asesinato de Laia, vecinos y policías desmontaron la tesis del asesino confeso. Durante la vista declararon los agentes de policía que acudieron al lugar de los hechos después de la denuncia por desaparición de la menor.
Todos los testigos que hablaron con el acusado el día del crímen negaron que este oliera a alcohol o presentara síntomas de haber tomado drogas, como sostiene la versión del homicida, y todos coincidieron en que durante la detención el acusado "estaba muy tranquilo".
Relato de los hechos
Dos agentes de la policía local de Vilanova han explicado que estaban patrullando cuando el padre de la víctima los informó de que su hija había desaparecido. Hacia las 22 horas los agentes se desplazaron hasta la vivienda de los abuelos e inspeccionaron el edificio -donde habitaba el homicida- preguntando a todos a los vecinos.
Dos agentes de los Mossos d'Esquadra llamaron a la puerta del acusado y el hombre los abrió con una toalla enrollada en la cintura, como si acabara de salir de la ducha, y les aseguró que no conocía ni había visto a la niña. Los agentes continuaron la búsqueda hacia otros pisos porque "lo percibieron como una persona coherente que dio credibilidad".
No obstante, durante la inspección, otro vecino alertó a la policía de que sospechaba que la niña estaba en el interior del piso del acusado. Los Mossos retrocedieron. Cuando entraron en el domicilio de Francesc, en una de las habitaciones, "observamos la niña, sin vida, sentada al suelo con los pies juntos y el cuerpo hacia adelante, con la cabeza dentro de una maleta, tapada con la cabecera, con mucha sangre y un brazo dislocado, como si hubieran intentado introducirla en el interior", relata uno de los agentes.
Los policías han declarado que se encontraron al acusado en el suelo del pasillo de la vivienda "sentado, tranquilo, resignado", y que lo trasladaron a dependencias policiales por su seguridad, por la gente que se había acumulado en el edificio -amigos, familia de la víctima y otros- que estaban muy agresivos, naturalmente. Los agentes también aseguraron que la escena del crimen estaba "a medio limpiar".