Durante casi 30 años, Helena Sánchez vivió su vida sin recordar que durante su infancia y su adolescencia sufrió abusos sexuales por parte de sus familiares y otras personas. Desde los 5 años y hasta los 15, estuvieron abusando de ella haciéndolo pasar como si fuera un juego que se tenía que mantener en secreto, hasta que con el paso del tiempo todo quedó en el olvido. No ha sido hasta más de 30 años después, ya cuando tenía 38, tras convertirse en madre, cuándo todo ha vuelto a salir a la luz. Los comportamientos y los comentarios de su familia ante su hijo, le hizo recordar todo lo que ella había tenido que vivir y había quedado en el olvido. Situaciones que ahora, con la visión de una persona adulta, veía que en realidad eran abusos sexuales.
Helena pidió ayuda profesional y empezó a hablarlo con su familia, quiénes desde un principio no le negaron los hechos. Los familiares, sin embargo, al ver que empezaba a mostrar demasiado interés y que empezaba a hacer demasiadas preguntas, le dijeron que estaba yendo demasiado lejos y que era mejor dejarlo correr. No obstante, ella siguió intentando recordar e investigar sobre su infancia, descubriendo que tres miembros de su familia habían abusado sexualmente de ella. Uno de estos era su abuelo, ya muerto, que además también la llevaba al parque de Sant Jordi de Terrassa, donde otros hombres abusaban de ella a cambio de dinero, tal como explicó ella misma en una entrevista con Danae Boronat en el programa Altaveu, de RTVE.
Buscan a otras víctimas de los abusos en el parque Sant Jordi de Terrassa
Su caso no es el único. Como ella, otros niños y niñas, que también iban acompañados de adultos, sufrían abusos sexuales a cambio de dinero en este parque de Terrassa, así como en una consulta médica próxima. Siempre en encuentros organizados por la misma persona. Por eso, ha hecho un llamamiento para buscar personas que durante los años 90 visitaran el parque de Sant Jordi y puedan ser víctimas de los mismos abusos sexuales e investiga la posible red de pederastia. De hecho, algunas personas ya han contactado con ella o con otras asociaciones para poder recordarlo y gestionar el trauma. Helena, que ha publicado un libro ficcionado sobre su caso, decidió denunciarlo a los Mossos. No obstante, han pasado más de 30 años de los abusos y, según el Código Penal, los hechos ya han prescrito y no hay ningún recorrido judicial.