El pasado noviembre un niño de 11 años quedó ciego de un ojo después de que un compañero de la escuela le tirara una escuadra, con tan mala suerte que le impactó en el ojo izquierdo, destrozándole la córnea, la pupila y el cristalino. La lesión no fue intencionada, el chico solo se había acercado a un par de amigos que estaban jugando a tirarse material escolar durante la hora del patio, un día que las fuertes lluvias los confinaron en el interior del centro Valle - Inclán d'Oleiros, en A Coruña. Ahora, medio año más tarde, los padres del niño han presentado una denuncia contra la escuela, ya que al momento del incidente los alumnos estaban completamente desatendidos.

Operación tras operación para salvarle el ojo

Aquel día, el chico herido se resguardó, junto con sus compañeros, dentro del aula donde normalmente tenían las clases. Los niños jugaban por el aula sin supervisión, porque los profesores estaban repartidos por el pasillo vigilando varias aulas al mismo tiempo. Los padres lamentan que, si hubiera habido un profesor en aquel momento, este podría haber parado a los niños que se estaban tirando cosas, y la desgracia se podría haber evitado. Durante estos meses los dos han cogido la baja laboral para poder atender las necesidades de su hijo, quien además ha tenido que someterse a cuatro operaciones para poder salvarle el globo ocular; la vista, según los médicos, ya no la recuperará nunca.

Al momento de los hechos, la dirección de la escuela Valle - Inclán envió un comunicado informando a los padres de que la escuadra "había resbalado". Eso choca rotundamente con la versión dada por el niño herido y por otros compañeros que fueron testigos del accidente. "Nos sentimos desamparados", han declarado los padres del chico a La Voz de Galicia. "Estamos en manos de un abogado y no descartamos ir por la vía judicial ordinaria".