Un hombre se enfrenta a hasta 12 años de prisión por haber maltratado sistemáticamente a su pareja, agrediéndola y amenazándola, llegando a degollar su conejo delante de ella, restregándole la sangre por la cara y obligándola a comérselo "para que aprendiera la lección" por haberle escupido. La víctima y el acusado solo estuvieron juntos durante cuatro meses, pero este corto tiempo fue suficiente para el presunto maltratador para ejercer una violencia desmesurada sobre la mujer.
Múltiples episodios de violencia en solo cuatro meses
La Guardia Civil lo detuvo en el municipio de Montserrat, en Valencia, en el domicilio que compartía con su pareja, a quien obligó a mudarse con él después de solo un mes de noviazgo. Entre los múltiples episodios de violencia, el procesado golpeó a la víctima con un garrote de hierro, causándole heridas en brazos y piernas que la mujer decidió no denunciar. El motivo, según el acusado, fue que no le gustó la ropa que llevaba la chica, por considerarla demasiado provocadora.
En otra ocasión, la obligó a caminar de rodillas sobre arroz durante horas para castigarla, y la golpeaba cada vez que se caía. Después de una discusión, la ató boca abajo en la cama, y la amenazó con cortarle el cuello si no lo respetaba. De todas estas agresiones no consta ningún informe médico, ya que la víctima no acudió en ninguna de las ocasiones al hospital, atemorizada por su pareja.
Uno de los últimos episodios fue la matanza del conejo que su novia tenía como mascota. Después de que ella le escupiera, sin querer según ella, el hombre encolerizó, y la amenazó con un cuchillo diciendo que la mataría, la quemaría en la chimenea y tiraría sus dientes en un campo para que no la pudieran identificar. Finalmente, decidió descargar su ira sobre la mascota de la mujer. Lo hizo de una manera muy sádica y con intención de hacerle daño, ya que degolló el animal delante de ella, le restregó la sangre por la cara y la obligó a comerse el conejo después de haberlo cocinado.
Como se negó, el hombre le dio un puñetazo en la cara, dejándole un ojo morado. Destrozada por la muerte de su conejo, la víctima decidió dar el paso y denunciar los cuatro infernales meses de agresiones y amenazas de muerte que vivió al lado de este hombre. Según explicó en comisaría, no se había atrevido a hacerlo antes porque la había amenazado también con matar a su madre y a su hijo pequeño si lo denunciaba.