Por pura supervivencia, Gisèle Pelicot se ha convertido a los 72 años en un icono feminista, po alzar la voz y seguir con vida, después de pensar en el suicidio al descubrir las 200 violaciones por sumisión química que sufrió durante una década. Las penas emitidas este jueves contra los 51 acusados de las violaciones y agresiones bajo sumisión química a Gisèle Pelicot han oscilado entre los 3 y los 20 años de prisión, con el exmarido de la víctima, Dominique, sentenciado a la pena mayor, aunque al cabo de dos tercios podría optar a la libertad condicional.
Había mucha expectación por la lectura de esta sentencia histórica aunque diversos de los acusados con las penas menos severas no tendrán que ingresar en la prisión y, en general, aunque todos han sido declarados culpables de diferentes delitos, las condenas dictadas han sido inferiores a las que solicitaba la Fiscalía.
Gisèle Pelicot ha decidido exponerse públicamente "para que la vergüenza cambie de bando", como defendió en el juicio que empezó el 2 de septiembre en el Tribunal de Aviñón, y por todo eso, Gisèle se ha convertido, sin buscarlo, en un símbolo feminista mundial y una de las mujeres más influyentes del último año.
El relato de los hechos
Gisèle conoció a su marido Dominique en 1970 y después de décadas de matrimonio, en algún momento entre 2010 y 2011, Dominique chateó con un hombre por internet que le envió fotografías de su mujer drogada y animó al marido de Gisèle a hacer lo mismo. Dominique descubrió que con la dosis correcta de pastillas podía someter su mujer a un sueño tan profundo que nada la despertaba. Mientras estaba drogada, la vestía con lencería y la sometía a prácticas sexuales que sabía perfectamente que ella no habría aceptado conscientemente, y lo grababa todo.
Inicialmente solo él violaba a su mujer, pero hacia el año 2014 habilitó un chat en Internet que se llamaba "sin que ella lo sepa". En este chat recultaba a hombres para que fueran a su casa y violaran a su mujer mientras él lo seguía grabandotodo. Durante el juicio, Dominique aseguró que todos los hombres que la violaron sabían que ella estaba inconsciente.
Afectaciones a su vida consciente
A lo largo de los años en que se produjeron todas estas atrocidades, Gisèle empezó a notar algunos efectos de los abusos en su vida consciente: pérdida de peso, el pelo le caía, se desmallaba a menudo, sufría ansiedad... Una serie de hechos que empezaron a preocupar a la familia que no entendía qué le pasaba cuando hasta hacía poco era una mujer saludable y activa.
En algunas ocasiones, Gisèle llegó a sospechar alguna cosa como una vez que vio que una cerveza que le había ofrecido su marido tenía un color verdoso sospechoso y en otra ocasión percibió una mancha de blanqueador ente unos pantalones que ella no recordaba. Según el relato del juicio, en una ocasión, Gisèle llegó a preguntar a su marido si la drogaba: él lo negó categóricamente.
La sorpresa llegó en septiembre de 2020, cuando Dominique le explicó, entre lágrimas que le habían "pillado filmando a una mujer por debajo de la ropa en un supermercado". Eso sorprendió mucho a Gisèle que explicó que "en 50 años nunca se había comportado inapropiadamente o usado palabras obscenas hacia las mujeres". Poco después de que fuera arrestado en el supermercado, la policía confiscó sus dos teléfonos y su ordenador portátil, donde inevitablemente encontrarían más de 20.000 vídeos y fotos de su mujer siendo violada por él y otros.
La policía pudo identificar a 54 hombres pero 21 más continuaron anónimos, además, algunos de los hombres que no fueron identificados mencionaron en sus conversaciones con Dominique que ellos también drogaban a sus parejas.
El 2 de noviembre de 2020, Dominique y Gisèle desayunaron juntos antes de ir a la policía, donde él había sido convocado en relación con el incidente al supermercado. Una vez allí, un policía le pidió a Gisèle que lo siguiera a otra habitación y allí le mostró una foto de una de las violaciones. Allí lo descubrió todo.