Intentó engañar a los investigadores haciéndoles creer que era un accidente durante una práctica sexual, pero lo han acabado descubriendo. La muerte de una turista estadounidense de 44 años la madrugada del pasado 6 de abril en un apartamento de Málaga ya se considera como un crimen machista. Después de varias indagaciones por parte de la Policía Nacional, cuerpo encargado de la investigación, se ha podido confirmar que el marido, de 50 años y también de nacionalidad estadounidense, la mató de manera intencionada y, posteriormente, llamó a los servicios de emergencias y les explicó que se trataba de una relación sexual extrema bajo los efectos de las drogas que había acabado mal.
No obstante, la autopsia y las pruebas forenses practicadas al cadáver durante las horas posteriores empezaron a sembrar las dudas de los investigadores. El cuerpo presentaba signos evidentes de asfixia por estrangulamiento. Ante eso, el hombre fue detenido acusado de homicidio imprudente y pasó a disposición del Juzgado de Instrucción 9 de Málaga. El magistrado, después de oír su discurso y como contaba lo que supuestamente había pasado aquella noche, decidió mandarlo a prisión provisional y traspasar el caso a un juzgado de violencia contra la mujer ante las sospechas que podía tratarse en realidad de un crimen machista.
La mujer había venido a España huyendo del marido
La Policía Nacional empezó a investigar si realmente se trataba de un asesinato e indagaron sobre el entorno de la víctima y su verdugo. Según pudieron averiguar, el matrimonio no vivía junto y habían viajado a Málaga a pasar unos días. Ella hacía meses que había dejado su trabajo como profesora de arte, había abandonado Estados Unidos sin decir nada y se había instalado en Játiva (Valencia) para alejarse de su marido. No obstante, el hombre la acabó localizando y voló expresamente hasta España para verla y, finalmente, matarla. La pareja tenía tres hijos en común, todos mayores de edad.