Hace pocos días que la Policía Nacional detenía a Miguel V. N., acusado de haber asesinado a Alfonso López Benito, canónigo emérito de la Catedral de Valencia. El hombre, de 40 años y ciudadano de Perú, se convirtió en el principal sospechoso del crimen después de conocerse la relación de carácter sexual que mantenía con el eclesiástico. La investigación, sin embargo, se mantuvo abierta, y el pasado viernes apareció en comisaría otro hombre, de 34 años, que habría pasado el fin de semana con Alfonso, compartiendo cama, y que se habría despedido de él solo horas antes de que el anciano muriera asfixiado.

Entre los días 19 y 21 de enero, el hombre, que tiene reconocida una discapacidad intelectual del 43%, estuvo alojado en casa del canónigo, en la calle Avellanas, el mismo piso donde, el martes 23, fue encontrado el cadáver. A pesar de haber pasado tres noches seguidas en la misma cama, el hombre ha asegurado en su declaración que solo tuvieron "un pequeño encuentro sexual" el sábado. Al día siguiente por la mañana, Alfonso López y él se despidieron, marchándose por caminos diferentes; nunca más lo volvió a ver.

Le envió dinero para que fuera a verlo

Este hombre no vivía en Valencia. De hecho, el primer encuentro con el canónigo fue en la estación de autobuses de la ciudad. Para Alfonso López, aquel era el lugar habitual donde captaba a los hombres, en su mayoría en una situación económica precaria, con quienes más adelante mantenía relaciones sexuales. Según el testimonio de esta persona, el día que se conocieron con Alfonso, que en ningún momento se identificó como sacerdote, le invitó a un café y le pidió el número de teléfono.

Después de marcharse de la capital valenciana, recibió hasta tres mensajes del canónigo. En el último le pedía que fuera a visitarlo a su casa. Al responder que no tenía dinero para hacer el viaje, de más de 700 quilómetros, Alfonso se ofreció a pagarle el billete de autobús. En aquel punto, el hombre le confió lo que pasaba a su exmujer, quien intentó disuadirlo, en vano. Finalmente, fue ella quien le pagó el autobús, pero le aconsejó que fuera con cuidado con "el hombre mayor", como se referían al canónigo entre ellos. De todos modos, Alfonso le envió 50 euros por correo ordinario.

Su exmujer asegura que no se separó de él

La expareja del posible nuevo sospechoso también reside en Valencia ciudad. Fue ella quien lo acompañó a declarar, teniendo en cuenta la diversidad funcional del hombre, y aseguró que entre la mañana del domingo 21 y el viernes 26, día que fueron a comisaria, su expareja no dejó su lado, haciendo imposible su implicación en este crimen. La Policía Nacional, sin embargo, todavía tiene la investigación en marcha. De momento, el anatómico forense no ha podido determinar la hora exacta de la muerte del canónigo emérito, por lo que los investigadores todavía no han podido determinar el momento exacto de este macabro crimen.