Nueva investigación policial en curso en Alcalá d'Henares: recogen muestras de ADN de las cacas de perro no recogidas para multar a los dueños con hasta 3.000 euros. La Policía Local ha iniciado la recolección de muestras para poder analizar de qué cánido son y poder sancionarlos en este trabajo de laboratorio utilizado, principalmente, en crímenes y otras indagaciones policiales. El genotipo de las mascotas, que es complementario a la identificación del microchip, es obligatorio desde el pasado 1 de julio de conformidad en lo establecido en la vigente ordenanza municipal de la localidad madrileña que regula la tenencia y protección de animales de compañía. Esto es, precisamente lo que haría posible imponer las sanciones.
Los propietarios de los perros disponían de un plazo de tres meses desde el 1 de julio para realizar el censado mediante ADN canino. Este genotipado permite identificar en cualquier circunstancia las mascotas, incluidas aquellas camadas no deseadas que son abandonadas incluso antes de su identificación con microchip. Lamentablemente se siguen produciendo casos de abandono de mascotas y, para que no sean identificadas, les extraen el microchip, según apunta el Ayuntamiento de Alcalá de Henares en un comunicado. "A través del censo por ADN se podrá identificar a estos propietarios infractores y perseguir el abandono de manera más efectiva", apuntan desde el consistorio.
Análisis de cacas de perro y laboratorio: 245.000 euros
"Hay que recordar que en caso de que no se recojan las heces y se detecte por ADN al propietario, puede traer aparejadas sanciones que podrían alcanzar hasta los 3.000 euros de multa. No obstante, de lo que se trata es de conseguir tener una ciudad más limpia y concienciar a la ciudadanía de la recogida de heces en nuestras calles, para que estén limpias y saludables", ha señalado el concejal de Medio Ambiente de Alcalá de Henares, Vicente Pérez. Sin embargo, en estos momentos tan solo hay entre 8.000 y 9.000 perros censados, que serían aproximadamente el 50% del total los que hay en el municipio. Esta nueva técnica para sancionar, entre el CSI canino y el futurismo, ha supuesto una partida de 200.000 euros del ayuntamiento para crear el registro de ADN -contratando un laboratorio privado por concurso- y dedicará una partida anual de 45.000 euros por analizar las cacas que recojan por la calle. Esto último supone unos 1.300 análisis al año a un precio de 33 euros por hez.