Francesco Spagnesi, sacerdote de 40 años de la diócesis italiana de Prato, se encuentra desde este martes en arresto domiciliario al haber sido acusado de tráfico e importación de sustancias estupefacientes. El párroco compraba cocaína y GBL, un potente narcótico variante del GHB, la llamada 'droga de la violación'. Se hacía con las sustancias con el dinero de las donaciones de los feligreses y, según medios locales, organizaba fiestas sexuales a las que acudieron más de 200 personas donde se mezclaba el consumo de drogas y el sexo desenfrenado.

Fiestas de drogas y sexo

La detención de Spagnesi fue posible después de que la policía descubriera y detuviera el pasado mes de agosto a su cómplice en la importación de GBL desde Holanda. Según la policía, la droga estaba a cargo de Francesco Spagnesi, con el dinero recaudado de los fieles en la iglesia, supuestamente para combatir la pobreza.

Francesco Spagnesi / RRSS

Francesco Spagnesi / RRSS

Según medios locales, el párroco pedía cargamentos de medio kilo de cocaína y GBL que llegaban a Italia con ayuda de una célula delictiva de la Toscana. Después contactaba con usuarios de páginas web de citas sexuales y organizaba macrofiestas. Según las mismas fuentes, el sacerdote llegó a congregar más de 200 personas en sus orgías. 

Corriere della Sera agregó que médicos, gerentes, banqueros y empresarios asistían a las fiestas de drogas y sexo organizadas por Spagnesi.

Movimientos sospechosos en las cuentas de la iglesia

​El obispo de Prato, Giovanni Nerbini, mostró su “dolor y consternación” ante la detención del párroco: “Son noticias que un padre y un pastor no querría recibir nunca y que golpean a toda la diócesis”, lamentó. También precisó que estaba informado desde hace tiempo de los problemas psicológicos de Spagnesi. Al principio el obispo pensó que se trataba solo de un “malestar personal”, pero mas tarde se supo que el sacerdote era consumidor habitual de drogas, por lo que el obispo le invitó a que realizara una terapia de desintoxicación con un psicoterapeuta.

ilmessaggero.it

Francesco Spagnesi / Ilmessaggero.it

"Cuanto tuvimos noticia de movimientos sospechosos en las cuentas de la parroquia, retiré el poder de firma exclusiva del párroco, para poder así verificar la situación", explicó Nerbini. Spagnesi justificaba sus retiradas de dinero diciéndole al obispo que se trataba de "ayudas para personas necesitadas de la parroquia". 

En junio el obispo destituyó a Spagnesi de su cargo y le retiró la responsabilidad de gestionar la parroquia para que pudiera dedicarse plenamente a la terapia. Pero el gran escándalo ha estallado ahora. 

Las autoridades italianas le imputaron al sacerdote los cargos de tráfico e importación internacional de narcóticos y decretó su arresto domiciliario.