Ir a limpiar la tumba de tus padres al cementerio y que al llegar te encuentres que no están no debe ser una sensación nada agradable. Eso es lo que le ha pasado a una mujer en Marbella, Málaga, que al principio de marzo fue a llevar flores al tanatorio de San Pedro de Alcántara y descubrió que el nicho había sido vaciado. Los restos óseos de José, muerto en el año 1989, y de Asunción, muerto en el año 2006, habían desaparecido y no sabían dónde estaban. Alguien había exhumado los cuerpos sin el consentimiento de los familiares y sin avisarlos para que hubiera alguien presente. No entendían nada, porque tenían el nicho alquilado hasta el año 2030 y estaban al corriente de pagos.

Por este motivo, preguntaron qué había pasado a la empresa encargada de los servicios funerarios, que les fueron dando varias respuestas. En un primer momento, les dijeron que los cuerpos habían sido tirados en la fosa comuna después de que los operarios retiraran los restos mortales de los nichos que estaban abandonados. El día siguiente, al comprobar que este no era el caso, porque estaba pagado y lo habían ido a limpiar por Navidad, desde la compañía que lleva el cementerio se pusieron en contacto de nuevo con la familia para decirles que los huesos todavía estaban allí y que los tenían que ir a buscar antes de tres días porque si no los acabaran tirando.

Los restos mortales se incineraron por error

Esta contradicción en las dos versiones provocó que pidieran una reunión con el responsable del cementerio, según explica Málaga Hoy, quién finalmente les explicó lo que había acabado pasando en realidad: los restos mortales habían sido incinerados por error. Según les explicó el director, una mujer había pedido la exhumación de tres nichos para incinerar los cadáveres que había dentro, pero un trabajador cometió un error al apuntarlos y, en lugar de sacar los de 1437, retiró los de 1337 sin que hubiera ninguna persona para comprobar que era el correcto. Posteriormente, las cenizas fueron entregadas a la persona que había pedido la incineración. La familia afectada ya tiene su contacto para reclamarlas y se ha puesto en manos de abogados para reclamar en el cementerio el daño que les han hecho.