El inicio de curso en la escuela Sant Jordi de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) comenzó con una desagradable sorpresa tanto para los padres de los alumnos como para los profesores. A principios de septiembre, pocos días antes de que comenzaran las clases, una pareja joven con tres hijos, un bebé de 12 meses y dos niños de 5 y 7 años, se colaron en el recinto educativo y ocuparon la caseta del conserje que había en el patio. Aunque no se trata de gente conflictiva, como sí lo son otros ocupas problemáticos y toxicómanos que hay en la misma calle, el hecho de vivir en las instalaciones ha generado un gran malestar tanto a las familias de los niños como a la comunidad educativa por las afectaciones que esto conlleva. 

El espacio hacía años que estaba abandonado y lo habían tapiado, pero estaba previsto que, en el marco de una reforma en la escuela, se rehabilitara y se convirtiera en la sede de la Asociación de Madres y Padres (AFA). Durante los primeros días de clase, para garantizar la seguridad de los alumnos y de la misma familia ocupa, se acordonó y restringió el acceso a la zona de los alrededores de la caseta, lo que hizo que los niños no pudieran disfrutar del patio durante el inicio del curso. Finalmente, sin embargo, se ha optado por inhabilitar las escaleras que van hacia la caseta, a la que ahora solo se puede acceder por una entrada que da a la calle, y se ha abierto la zona que se había acordonado en un primer momento.

Se ha iniciado el procedimiento para echarlos y se ha informado a la DGAIA

El Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts, propietario del edificio, ha cortado el suministro de agua y de luz y ha iniciado el procedimiento para poder echar a la familia de este espacio, tal como ha avanzado ABC. Los Servicios Sociales del consistorio, junto con la dirección de la escuela, están trabajando para intentar encontrar una solución, al mismo tiempo que se ha informado a la Dirección General de Atención a la Infancia (DGAIA) de la situación en la que se encuentran los tres menores. La pareja ha solicitado que los niños pudieran ser inscritos en la escuela Sant Jordi, pero al estar ya fuera del período de matrícula se les ha asignado otro centro escolar del municipio. Los familiares reclaman que se actúe con celeridad para echarlos de la escuela, pero de momento parece que no se prevé encontrar una solución a corto plazo.