Capturado y expulsado a Marruecos. La Policía Nacional de la comisaría de Sant Feliu de Guíxols (Girona) tuvo conocimiento que un hombre de nacionalidad marroquí, el cual había sido detenido en reiteradas ocasiones por diferentes cuerpos policiales en Catalunya, volvía a causar problemas y altercados. En esta ocasión, los hechos se produjeron en la turística localidad de Platja d'Aro. Los agentes abrieron una investigación y comprobaron que se encontraba en situación irregular en España. Además, consultaron sus antecedentes y concluyeron que estaba siendo investigado judicialmente por todo tipo de delitos, un historial muy amplio y poco habitual.

Además, el individuo acumulaba más de 32 detenciones policiales y varias condenas judiciales por delitos como robo con violencia y maltrato. Pero tan lejos había llegado su trayectoria delincuencial que incluso fue ingresado en prisión con anterioridad. Por todo ello, la Policía Nacional inició un operativo para dar con él, con la colaboración de la Policía Local de Platja d'Aro. Y así sucedió. Lo localizaron y fue arrestado. Posteriormente, los agentes iniciaron un expediente de expulsión preferente en base a las condenas judiciales que le constaban. Sin embargo, mientras se esperaba la resolución el hombre quedó en libertad.

Expulsión a Marruecos y colaboración policial

La Resolución de Expulsión por parte de la Subdelegación del Gobierno en Girona llegó. En aquel momento, la Policía Nacional inició un dispositivo para volver a localizar al ciudadano marroquí y poder materializar la Orden de Expulsión. Finalmente fue detenido de nuevo en la localidad de Culla, en Castellón, gracias a la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) con la Policía Local de Platja d'Aro y los Mossos d'Esquadra de la comisaría de la Bisbal d'Empordà.

Una vez arrestado, el Grupo Operativo de Extranjeros gestionó la expulsión en un plazo de 24 horas. Así, pues, fue trasladado hasta el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por los mismos agentes de Sant Feliu de Guíxols, los cuales lo acompañaron como escolta policial en un vuelo hacia Marruecos, para garantizar que no hubiera incidentes durante el procedimiento.