La asesina condenada por el crimen de la Guardia Urbana, la mediática Rosa Peral, ha disfrutado hoy, miércoles 24 de enero, una salida fuera de la prisión de Mas d'Enric, en Tarragona. En todo caso, sin embargo, la excursión ha estado en el interior de una furgoneta del área penitenciaria de los Mossos d'Esquadra y conducida de la prisión directo a los juzgados de Tarragona, donde tiene que responder de un nuevo presunto delito, en este, sin sangre por el medio.
Peral está ahora acusada, junto con su padre, de un delito de alzamiento de bienes por, supuestamente, haberle cedido la casa y el coche pocos días antes de la sentencia, presuntamente para evitar pagar indemnizaciones a la familia de la víctima. Después de ser condenada por el asesinato de Pedro Rodríguez, ella y el otro condenado, Albert López, tenían que pagar una indemnización de más de 800.000 euros a la familia de la víctima.
La casa del crimen
Peral, para no tener que hacer frente, y para simular no tener propiedades que pudieran ser embargadas con el fin de poder pagar esta indemnización, va, según parece por las acusaciones, la casa de Cubelles y el coche a su padre. Eso, si se confirma, puede ser considerado un delito de alzamiento de bienes con el fin de evitar perder la propiedad y también el vehículo. El otro condenado sí que puso su piso de Badalona para poder pagar la indemnización a la familia de Rodríguez
Justo antes de la sentencia por asesinato
El juzgado número 5 de Tarragona, quien lleva la causa, tendrá que aclarar si Peral lo hizo por eso o hay alguna otra razón, tal como defiende la condenada por el crimen de la Guardia Urbana. La casa que Peral cambió de nombre es la vivienda donde se cometió el crimen en mayo del 2017, ubicado a la urbanización Santa Maria de Vilanova i la Geltrú, situada junto al término municipal de Cubelles. El cambio de titularidad se hizo pocos días antes de que el Tribunal Supremo tuviera que deliberar si ratificaba y daba por firme la sentencia de la Audiencia de Barcelona, que condenaba a Peral y López a 25 y 20 años de prisión aparte de pagar la indemnización a los familiares de la víctima.
De momento, el juzgado, de manera cautelar, ha evitado que se pueda vender la casa, paralizando el cambio de nombre de Peral a su padre, Francisco Peral. La visita de Peral a los juzgados de Tarragona ha sido seguida por muchos medios de comunicación, si bien no se lo ha podido ver. Ha entrado con una furgoneta de trasladados de los Mossos y cuando acabe la declaración será conducida de nuevo hacia la prisión de Mas d'Enric, donde seguirá entre rejas.