El pasado miércoles los Mossos d'Esquadra detuvieron a un hombre de 46 años acusado de un delito de estafa y otro de robo con fuerza. El delincuente acabó en el punto de mira de la policía catalana después de que un vecino de Golmés, en Lleida, denunciara que una familia le había ocupado el piso. Los supuestos ocupas explicaron a la policía catalana que estaban pagando el alquiler a una persona que había asegurado ser el propietario, pero que en realidad, según descubrieron en aquel momento, los había engañado. Al registrar el apartamento encontraron una televisión nueva que, casualmente, había sido denunciada como robada el día antes en el mismo municipio.

Los inquilinos estafados dieron una descripción del hombre a quien habían pagado 1.800 euros para vivir dos meses en aquel piso y gracias a eso, los Mossos lo pudieron localizar el 10 de abril en Mollerussa. Según pudieron averiguar los agentes, el sospechoso había entrado a robar en una casa adosada de la calle Ponent de Golmés el día antes de detenerlo. Después de forzar la puerta de entrada y de remover toda la vivienda, se decantó por una tele completamente nueva que todavía estaba por estrenar, y se la llevó dentro de la caja en la que estaba guardada.

Estafa a una familia y los convierte en ocupas

En algún punto de la semana pasada, el mismo hombre entró en otro piso, en la calle Vila-sana de la localidad, y cambió la cerradura de la puerta, haciendo llaves nuevas y ofreciendo el apartamento a una familia que, ajenos a todo, pensaba que era el propietario y le pagaron casi 2.000 euros para estar viviendo allí dos meses. No se sabe en qué momento se dejó la TV dentro de la vivienda, pero la cuestión es que se la olvidó, y eso permitió relacionar los dos delitos con la misma persona.

Después de ser detenido, esperó en dependencias policiales hasta ser puesto a disposición judicial el viernes, ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Lleida.