Muchas veces, la avaricia y la necesidad de dinero —y quizás no en este orden— llevan a tomar decisiones que pueden marcar toda la vida. Es el caso de una mujer de nacionalidad boliviana que regenta un bar en la calle de Manso, en el Eixample de Barcelona, y que este fin de semana estuvo a punto de perder 40.000 euros en una estafa de billetes tintados que ella misma, después de desconfiar de los dos estafadores, dos hombres de 50 y 56 años, de nacionalidad camerunesa, ya les había entregado. ElCaso.com ha tenido acceso a todos los detalles de este caso.
Un mes preparando la estafa
Esta estafa no es rápida. Los dos hombres que intentaron robar 40.000 euros a esta mujer llevaban semanas yendo al bar de la calle de Manso a desayunar y a tomar cafés y cervezas. Así era su manera de acercarse a ella y a su hija, para ganarse su confianza. De las conversaciones habituales en la barra del bar, pudieron saber que la propietaria tenía intención de regresar a su país y que había puesto el bar en traspaso por 80.000 euros. Ellos eran dos personas con mucho dinero, negocios en su país y capacidad para hacer inversiones. Siempre dejaban buenas propinas y iban bien arreglados. Poco a poco, se ganaron la confianza de la mujer. Y un día desplegaron la estrategia que llevaban semanas preparando. Podían pagar hasta 100.000 euros por el traspaso del bar. Negocio redondo. "Un mensaje casi divino", asegura a ElCaso.com la propietaria del bar. "Me ofrecieron más de lo que había pedido, y yo necesito el dinero", insiste.
Pero, y aquí es donde empieza todo el enredo, había un problema. Tienen mucho dinero, claro, pero sacarlo de su país cuesta mucho, para evitar el control de aduanas. Para evitar ser detectados, los euros que salen de Camerún deben teñirlos de color negro, con un proceso que, explican, es casi mágico. En un primer momento todo parece imposible, pero a principios de la semana pasada los dos hombres se presentan con uno de estos billetes en el bar y enseñan a la mujer que, si ella pone uno de verdad y, si por encima y por debajo colocan uno de sus billetes negros, después de un proceso químico con un líquido secreto, ¡pam!, aparecen dos billetes nuevos. Una rentabilidad imposible: de 50 euros pasas a 100 euros. Y el dinero se lo regalaron. Los dos hombres iban sobrados de dinero. "Me dijeron que me los podía quedar, llevarlos al bar, confirmar que eran de verdad, y lo eran, sí", explica la propietaria del bar a ElCaso.com.
Convertir papeles en billetes de curso legal
Por lo tanto, el negocio parecía redondo. Ellos podían darle 100.000 euros de estos billetes falsos, pero claro, ella debía poner antes unos 40.000. La mujer lo habló con su hija, los dos hombres parecían de confianza, habían visto con sus propios ojos cómo convertían el pan y el pescado y aparecían dos billetes de 50 euros, por lo tanto, el negocio parecía interesante. Evidentemente, la mujer no tenía 40.000 euros, pero intentó encontrarlos. Sacó todos sus ahorros, pidió dinero a clientes (se lo devolvería después de la operación) e incluso, para llegar a la cifra que le pedían los dos hombres, solicitó un préstamo rápido con altos intereses. En total reunió 41.000 euros.
Con el dinero disponible, llamó a los dos hombres y quedaron en el bar para hacer aparecer los billetes. Aparecieron con un recipiente y un bote con un líquido para hacer el truco de magia. Envolvieron el dinero e intentaron hacer el cambio. Evidentemente, no tenían ninguna intención de cambiar esos papeles de color negro por billetes. Más bien, querían marcharse con los 40.000 euros de la mujer y desaparecer para siempre. Pero no les salió bien. No pudieron cambiar los paquetes y la mujer vio que lo que querían darle era más pequeño de lo que ella esperaba, así que frustró la operación. La mujer entró en pánico, vio que algo no iba bien, cogió de nuevo el dinero y los echó fuera. Los hombres la amenazaron, diciéndole que le harían daño. El marido de la mujer, con una barra de hierro, los hizo marchar. Se llevaron el paquete de dinero que querían usar para el cambio. La mujer pudo recuperar el dinero y decidió no avisar a la policía, pero todo cambió este miércoles.
Volvieron al bar y fueron detenidos
Uno de los dos hombres le llamó para decirle que su amigo los había intentado engañar, pero que él sí quería hacer la operación, y que volvería al bar. La mujer dijo que sí, sospechando que todo era una estafa, pero para llamar a la policía cuando llegaran. Ya en el bar, los dos hombres volvieron a hacer el numerito, pidiendo agua caliente y otras excusas para quedarse a solas con los billetes, pero la mujer ya no picó. Los cerró en el bar y llamó a los Mossos, que se presentaron en el establecimiento y los detuvieron por un delito de estafa. En ese momento, sin embargo, no encontraron el paquete con el dinero negro, y no fue hasta ayer que la mujer lo encontró en el almacén, donde lo habían escondido los dos hombres antes de ser detenidos por los Mossos de la comisaría del Eixample. Ayer mismo lo entregó a la policía, que lo está analizando.
Los dos hombres son conocidos por la policía. Tienen nacionalidad camerunesa, 50 y 56 años, y ambos están relacionados con varias estafas de este tipo, las conocidas como Rip Deal y sus variantes. Después de ser detenidos el miércoles 15, ayer por la tarde quedaron en libertad. Los Mossos confían en que no volverán al bar, pero la mujer tiene miedo, ya que le han llamado para avisarle que están en la calle.