Macabro hallazgo en la céntrica calle de Atocha de Madrid. Los vecinos de un edificio empezaron a sentir un fuerte olor que procedía de una de las viviendas y llamaron a los servicios de emergencias. Los Bomberos del Ayuntamiento acudieron para entrar en el piso, donde encontraron a una mujer anciana y a su hijo muertos, tal y como se ha podido saber, hace meses, y ahora la Policía Nacional investiga los hechos, aunque se han descartado posibles causas criminales en el doble descubrimiento mortal.
Macabro hallazgo en Madrid: madre e hijo muertos desde hace meses
Los hechos tenían lugar este martes 29 de marzo por la tarde, cuando, tras varios días oliendo algo extraño y desagradable, los vecinos del número 35 de la calle Atocha del distrito Centro de Madrid llamaban a los servicios de emergencias para pedir ayuda. Hasta allí se desplazaron los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid junto a varias unidades sanitarias del SAMUR-Protección Civil, que necesitaron la escalera de los bomberos para acceder a la vivienda de la que salía el olor, ya que nadie contestaba a la puerta ni al timbre.
Entrando por la ventana pudieron descubrir dos cadáveres en avanzado estado de descomposición, que se ha podido saber que hacía meses que estaban muertos. Según la información que ha trascendido, la mujer tenía 91 años y el hombre, su hijo, 49, ambos con discapacidades que les hacían depender el uno del otro. Ante el macabro hallazgo, se avisó a la Policía Nacional, que ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido y aclarar las circunstancias de la muerte de estas dos personas. De momento, se descartan signos de robo o violencia y todo apunta a una muerte natural de los dos.
Eran interdependientes y la muerte de uno llevó a la del otro
De hecho, la mujer, anciana y con problemas de salud, se sospecha que murió primero a causa de una enfermedad y, como consecuencia, su hijo, con una gran dependencia y con síndrome de espectro autista, había muerto por inanición tras ser incapaz de dar aviso del fallecimiento de su madre y no poder alimentarse por su cuenta. En los meses transcurridos desde el trágico incidente nadie los echó en falta, ya que apenas tenían familiares y no solían recibir visitas.
Este hecho, junto a que ninguno de los dos tenía autonomía suficiente para sobrevivir sin el otro, llevó al dramático final, que ha escandalizado al barrio madrileño. Tras acceder al domicilio, los sanitarios del Samur certificaron la muerte de los dos, según fuentes de Emergencias Madrid.
Pese a la tristeza que despiertan esta clase de tragedias, no es un hecho poco común que alguien con pocas relaciones familiares y sociales muera y quede durante un largo tiempo sin ser descubierto, como fue el reciente caso de una anciana italiana encontrada muerta en su sillón después de dos años.
Y en Madrid también, hace escasos días, el pasado viernes, se registró otro extraño incidente en el barrio de Fuencarral, donde una joven moría atropellada por su propio coche. Fue también un vecino quien alertó a los servicios de emergencias tras oír los gritos de auxilio de la víctima, de 35 años, que presuntamente no puso el freno de mano, haciendo que el vehículo la atropellase mortalmente. Sin embargo, también hay abierta una investigación policial para esclarecer la extraña muerte.