La trabajadora de la residencia de personas mayores Torreblanca de Sant Joan les Fonts, en la Garrotxa (Girona), acusada de provocar un brote de covid en que murieron siete ancianos en agosto de 2021 niega que fuera a trabajar teniendo ningún síntoma de la enfermedad. La mujer, que ha declarado este jueves al juzgado de Olot respondiendo solo a las preguntas de su abogada, asegura que en el momento de los hechos solo tenía una tos crónica que ya le había sido detectada con anterioridad y de la cual han entregado un informe médico para confirmarlo. De hecho, ha asegurado que iba a trabajar con esta tos desde hacía "unos meses" y que se lo había explicado a sus compañeras.
Según ha recordado la abogada de la mujer, Mònica Vilar, el 28 de julio se hizo una prueba de covid que dio un resultado negativo y los días siguientes fue a trabajar "con total normalidad" sin que "en ningún caso" se pudiera pensar que estaba contagiada de covid. No fue hasta al principio de agosto, una vez se detectó la existencia de covid en el geriátrico, que se hizo otro test que ya dio positivo. "Ella fue a trabajar con una prueba negativa que hacía la misma empresa y sin ningún síntoma. Está muy tranquila porque siguió los protocolos", ha sentenciado su abogada.
Los responsables de la residencia aseguran que tenía síntomas
Antes de la acusada, habían pasado a declarar ante el juez el nieto de una de las personas que murió a causa del brote, que es el denunciante, así como dos de los responsables del geriátrico, el director de la residencia, que cuando pasaron los hechos estaba de vacaciones, y la directora en funciones de aquellos días. Los dos, que han declarado como testigos lo mismo que ya habían dicho a los Mossos durante la investigación, han declarado que había ido a trabajar con síntomas de covid aunque existía un protocolo que marcaba que si algún trabajador tenía síntomas de estar contagiado tenía que comunicarlo y no desplazarse al centro.
En este sentido, el abogado de la acusación particular, Álvaro Machado, explica que la investigada fue a trabajar con tos, mocos y fiebre y que así lo hizo saber a sus compañeras. Además, según consta en la causa, la trabajadora no anotó el registro de temperatura para saber si tenía o no fiebre. El letrado califica de "declaraciones clave" las de las dos compañeras a quienes la investigada explicó que tenía síntomas, pero que iba a trabajar para no alterar el funcionamiento de la residencia.
Despedida para no respetar el protocolo
Los responsables de la empresa decidieron echar a la acusada por incumplir los protocolos y presentarse a trabajar con síntomas, cosa por la cual la trabajadora, alegando que no tenía síntomas, optó por recurrir el despido. Una resolución judicial dio la razón a la trabajadora, que fue indemnizada. Con todo, desde la otra parte no entienden por qué no se ha aportado esta sentencia, ya que serviría de prueba de descarga contra la investigada.