Hace meses que el bar Can Gusy, en la esquina entre la avenida de la Platja y la calle de Lleida, en Sant Adrià de Besòs, está cerrado. Era un bar que siempre estaba lleno de gente, histórico del barrio, si bien fue cambiando de responsables con el paso del tiempo, hasta que lo cogió un matrimonio de unos 50 años, los dos españoles, que lo fueron dejando perder, tal como explican los vecinos a ElCaso.com.
El ruido, las peleas y el "vicio" del hombre que ahora lo regentaba, Gusy, como lo conocía todo el mundo, fueron convirtiendo este bar en un conflicto continuo para los vecinos de este barrio, junto al Besòs. Y ayer, domingo, por la tarde, todo acabó de torcerse.
Aparece muerto en el congelador del bar
El hombre vivía en el interior del bar, si bien estaba cerrado y hacía meses que nadie entraba. Su mujer ya no vivía con él, y seguía viviendo en el piso que tenían junto al bar, pero él dormía en el interior del local, en una habitación-trastero que hay en el primer piso, donde antiguamente, en los años sesenta, vivían los propietarios del bar de entonces. Hacía un par de días que nadie sabía nada de él y la mujer se acercó hasta el bar, y después de no recibir respuesta, intentó acceder rompiendo el cristal. En el interior, un macabro hallazgo.
Gusy, de unos 50 años, estaba en el interior de un congelador, muerto. A pesar de que la policía de la ciudad y los Mossos d'Esquadra activaron tres ambulancias del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), nada se pudo hacer para salvar la vida al hombre, que ya estaba muerto. Nadie sabe cómo pasó, y ni cómo el hombre acabó en el interior del congelador. Lo que sí que confirma la policía catalana, en una primera fase de esta de indagación, es que el cuerpo no presenta signos de violencia y que, hoy por hoy, la línea de investigación apunta a un posible suicidio o a una muerte accidental.
Los vecinos no se lo creen
Los vecinos confirman que el hombre tenía problemas con el alcohol y las drogas y hacía meses que malvivía en el bar y que iba recibiendo la visita de su pareja y de amigos, y algunas veces se habían detectado fiestas, que siempre acababan a altas horas de la madrugada. Nadie entiende cómo pudo acabar muriendo congelado y no todo el mundo acepta la versión oficial de la policía catalana. Los problemas que tenía con personas de todo el barrio hacen pensar lo peor a los vecinos, a pesar de la investigación de los Mossos, que descarta, hoy por hoy, una muerte violenta, y según fuentes oficiales, apunta a un posible suicidio.