Un turista, joven, acabó su visita a Barcelona de la manera más amarga posible: mientras estaba en las taquillas de la estación de autobuses de Barcelona Nord a punto de comprar un billete para poner rumbo hacia su nuevo destino, dos hombres, que acababan de llegar de un autobús procedente de València, aprovecharon para arrancarle una cadena de oro que llevaba al cuello. La víctima, lejos de ponérselo fácil a los ladrones, forcejeó y empezó a gritar pidiendo ayuda.

Los hechos tuvieron lugar el 23 de octubre a las diez de la mañana, y fueron los gritos de auxilio de la víctima los que alertaron a una patrulla de la Brigada Móvil de la Policía Nacional de España que en ese momento se encontraba en la estación de autobuses haciendo tareas de vigilancia en servicio de paisano. Los agentes vieron cómo uno de los dos individuos atacaba a la víctima de manera violenta por la espalda, mientras que su compañero daba cobertura, vigilando que nadie se acercara.

Colaboración de la Guàrdia Urbana

Cuando los agentes pillaron a los dos atacantes intentando coger la cadena de oro, solicitaron el apoyo policial de una dotación de la Guàrdia Urbana de Barcelona. La ayuda no tardó en llegar, ya que el cuerpo policial de la ciudad condal tiene una comisaría, la del distrito del Eixample, situada en la misma estación de autobuses. 

La patrulla uniformada de la Guàrdia Urbana que intervino en el incidente realizó tareas de auxilio de la víctima y ayudó a reducir a los dos atacantes. Finalmente, la Policía Nacional detuvo a los dos hombres, con numerosos antecedentes policiales, como supuestos autores de un delito de robo con violencia y los trasladaron al complejo policial de la Verneda, en el distrito de Sant Martí. 

La coordinación entre los cuerpos policiales permitió poner a disposición judicial a ambos detenidos, multirreincidentes, con varias requisitorias judiciales pendientes. Ni la Policía Nacional ni la Guàrdia Urbana de Barcelona, sin embargo, han querido comunicar la nacionalidad de los dos individuos.