Los Mossos d'Esquadra, en una operación conjunta con la Policía Nacional, han desarticulado una banda de narcotraficantes que se dedicaban a asaltar las plantaciones de marihuana de bandas rivales para hacerse con la droga. La explotación de la investigación llevada a cabo por los dos cuerpos policiales se hizo el pasado 19 de marzo, según adelantó ElCaso.com, en el contexto de varias entradas en los municipios de Reus, Riudoms, Pratdip y Botarell. Seis hombres, todos de origen magrebí, fueron arrestados por pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, robo con violencia, tenencia ilícita de armas, lesiones y daños; entre ellos, el líder de la organización y su mano derecha.

En verano del 2023, la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos de Tarragona empezaron las pesquisas por unos robos violentos que más adelante confirmaron que se trataba de vuelcos, es decir, robos de droga entre grupos criminales. Casualmente, la policía española también estaba investigando a las mismas personas, y decidieron hacer un equipo conjunto. De esta manera, desde junio del año pasado hasta ahora, los policías siguieron la pista de estos criminales, que cometieron varios asaltos en fincas y domicilios del Camp de Tarragona donde había plantaciones de marihuana.

 

Se disfrazaban de policías para cometer los asaltos

La peculiaridad de este grupo era que se hacían pasar por policías para cometer los vuelcos. Además, iban armados con pistolas, tanto cortas como largas, y no dudaban a agredir a los jardineros que cuidaban los cultivos. Su manera de hacer se basaba en presentarse en los lugares donde previamente habían determinado que había plantaciones, siempre en grupos numerosos y vestidos con chalecos y ropa táctica policial, dando la impresión de que los narcotraficantes estaban sufriendo una redada. Entre dos de estas actuaciones, agredieron a la trabajadora de un local de Reus para robarle el coche que, presuntamente, utilizaron para desplazarse al siguiente destino, y que los investigadores encontraron quemado días más tarde.

No se centraban exclusivamente en la maría. En algunos casos, según ha podido saber este medio, los delincuentes hacían narcoasaltos también a grupos que se dedicaban al tráfico de cocaína. El modus operandi, a veces, también cambiaba cuando se trataba de esta droga. Se ponían en contacto con los camellos de las organizaciones rivales y les compraban un kilo de cocaína; con el paso del tiempo les hacían pedidos más grandes y pagaban la mercancía en vez de atracarlos.

Relacionados con un secuestro en Maspujols

Según parece, algunos de los miembros de la banda se vieron involucrados, ahora hace tiempo, en un secuestro en Maspujols. Era finales de enero del año 2018 cuando dos hombres fueron abducidos por un grupo de personas. Los secuestradores pidieron un rescate de 300.000 euros por una de las víctimas, que era amiga de otro hombre que debía mucho dinero a este grupo, y esperaban saldar esta deuda obligándolo a pagar esta cantidad a cambio de liberar al amigo. Todo se torció, sin embargo, y los Mossos d'Esquadra los acabaron pillando. Cinco personas fueron a la cárcel, pero quedaron en libertad provisional al cabo de un año y medio.

Ahora, seis años más tarde, han vuelto a ser detenidos en el marco de esta macrooperación que han llevado a cabo los agentes de la DIC de la Región Policial del Campo de Tarragona y de la Unidad de Investigación de Reus, así como de los efectivos de la Policía Nacional española. Las seis entradas que hicieron la semana pasada permitieron, además, el arresto de un hombre que tenía vigente una Orden Europea de Detención (OED) emitida por Bélgica por delitos contra la salud pública y el decomiso de cuatro kilos de hachís, 250 plantas y cinco kilos de cogollos de marihuana, y 22 gramos de cocaína. Además, también encontraron dos pistolas eléctricas, una defensa extensible, munición de diferentes calibres, esposas, chalecos antibalas, dos machetes, ropa para hacerse pasar por policías y 10.450 euros en efectivo.

Violencia y expansión sin control

Los expertos de la policía catalana en la lucha contra el narcotráfico aseguran que en los últimos tiempos ha aumentado el número de armas de fuego que encuentran en las plantaciones de marihuana que no paran de extenderse por toda Catalunya. Los tiroteos entre los diferentes grupos de narcos se han vuelto algo habitual, con los delincuentes haciendo uso indiscriminado de las armas de fuego tanto a la hora de atacar a bandas rivales durante los vuelcos como para defenderse de estos. Los datos de los Mossos d'Esquadra indican que en Catalunya, trece de los poco menos de 70 crímenes que se cometieron el año pasado fueron con armas de fuego; la mayoría, relacionadas con el tráfico de marihuana y de hachís. De momento, ni desde los Mossos ni desde el Govern se ha podido poner fin a la escalada de violencia que acompaña la proliferación de plantaciones de marihuana en nuestra casa y que amenaza con convertir Catalunya en un verdadero narcoestado.