Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre que conducía bebido por la N-II y representaba un peligro para la circulación. El detenido, un hombre de 54 años con antecedentes previos, presentaba evidentes síntomas de ir borracho y cuando los agentes le hicieron la prueba de alcoholemia comprobaron que, efectivamente, había consumido alcohol, y no poco. El conductor temerario dio un resultado de 1,42 mg/l, casi seis veces el máximo permitido, 0,25 mg/l. Ante estas evidencias, los policías han detenido al hombre, acusado de un delito contra la seguridad del tráfico. Los Mossos d'Esquadra no han revelado a este medio la nacionalidad del detenido.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 20 de octubre, cuando dos conductores llamaron al teléfono de emergencias 112 para avisar a los Mossos d'Esquadra de que había un conductor que circulaba de tal forma que ponía en riesgo la seguridad de los demás usuarios de la vía, moviéndose de forma errática. Los agentes se desplazaron rápidamente a la vía para intentar localizar al conductor problemático, y al cabo de un rato lo encontraron, en el punto kilométrico 721, a la altura de Sant Julià de Ramis, en el Gironès. Los policías no tuvieron que hacer ningún esfuerzo para detener el vehículo, ya que el conductor había decidido parar por su cuenta.

Prueba de alcoholemia

Al acercarse, los Mossos ya vieron que el hombre iba claramente borracho, un estado que no era capaz de disimular. Se le hizo una prueba de alcoholemia que confirmó que no estaba en condiciones de conducir, puesto que el resultado era casi seis veces superior al permitido, con 1,42 mg/l. Ante los hechos, el hombre quedó detenido por un delito contra la seguridad del tráfico por conducir bajo los efectos del alcohol, y los agentes inmovilizaron el vehículo para asegurar que no lo pudiera seguir circulando. El detenido ya ha pasado a disposición judicial.