Los Mossos d'Esquadra han detenido en Sant Adrià de Besòs (Barcelonès) una pareja que enviaba hachís y marihuana escondidos en cajas de juguetes a países del norte de Europa. En un primer momento, los investigados acumulaban la droga en su domicilio y, una vez disponían de stock suficiente, gestionaban los pedidos a través de aplicaciones móviles encriptadas de mensajería. La detención se llevó a cabo el 2 de agosto, cuando también se registró el inmueble y se encontraron 46,5 kg de hachís, 5,3 de marihuana, un arma de fuego corta con munición, varias armas y 37.730 euros en efectivo. Los investigadores constataron, además, que las sustancias estupefacientes estaban al alcance de los menores de edad que residían en el inmueble.

Los detenidos por la policía son un hombre y una mujer de 24 y 32 años, que después de pasar a disposición judicial el 4 de agosto, han quedado en libertad con cargos. Se les atribuyen delitos contra la salud pública, además de tenencia ilícita de armas. El valor estimado de la droga intervenida es de unos 337.000 euros al mercado ilícito.

Una operación policial conjunta

La investigación se inició el mayo pasado, después de que una empresa de paquetería alertara los Mossos sobre unos posibles envíos que podían contener sustancias estupefacientes. Una vez ubicadas las personas investigadas, a través de los mecanismos del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), agentes de los Mossos d'Esquadra comprobaron que la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera también investigaban a las mismas personas. Por este motivo, se puso en marcha un equipo conjunto de investigación formado por agentes de los tres cuerpos.

Con el objetivo de comprobar la actividad delictiva, tal como apuntaban las primeras informaciones, los operativos hicieron varias intervenciones de paquetes y descubrieron que el hachís y la marihuana se ocultaban en cajas de juguetes infantiles.

Cajas de juguetes infantiles para esconder la droga

En el transcurso de las investigaciones policiales, los agentes de los diferentes cuerpos consiguieron recopilar indicios suficientes para describir la actividad delictiva de los investigados. Cuando estos habían cerrado un envío de droga, se desplazaban hasta centros comerciales o tiendas próximas a su domicilio donde compraban juguetes de las mismas características, básicamente con las cajas siempre cerradas, sin ninguna parte visible del interior.

En su domicilio, envasaban la droga al vacío y lo ocultaban en el interior de las cajas de juguetes, que a su vez, se colocaban en cajas de envíos, a las cuales añadían la etiqueta de destinación de los paquetes. Para el envío utilizaban establecimientos próximos a su domicilio que tenían convenios con empresas de paquetería. El destino de los paquetes eran, principalmente países del norte de Europa.