El año 2019 Jean-Luc Aschbacher y Christian Arson tenían que ser juzgados en la Audiencia de Tarragona por su presunta implicación en una red de pornografía infantil junto con más personas, pero como estaban en libertad aprovecharon para escaparse y no presentarse a las últimas sesiones del juicio. Desde entonces eran uno de los objetivos de los Mossos d'Esquadra y después de ser detenidos en Francia el mes de mayo, ahora se han extraditado a una prisión catalana para ser entregados al juez, tal como ha adelantado El Periódico.
Detenidos por la Gendarmería en Francia
Después de ser declarados en rebeldía, los dos ciudadanos franceses pasaron a ser buscados por los Mossos d'Esquadra y también por todas las policías europeas. Las gestiones que hizo la policía catalana para encontrarlos no acabó de funcionar, pero el pasado mes de mayo la Gendarmería francesa los detuvo en Sieis Forns Iei Plaias.
De los fugados todavía queda uno tercero implicado en esta red de pornografía infantil gay que se detectó en las Tierras del Ebro y que se aprovechaba de niños tutelados por la Generalitat de Catalunya para grabar horas y horas de sesiones de abusos sexuales. Se trata de Youness en Naciri, a una de las víctimas que después se ganó la confianza de la red y se convirtió en uno más del entramado. Este joven marroquí no ha sido detenido y todavía sigue en busca y captura. Los cuatro que no se escaparon, al final del juicio, fueron condenados apenas de hasta 57,5 años de prisión.
Se los piden 1.179 y 720 años de prisión
Los dos zafados, de origen francés, son el principal acusado, Jean Luc Aschbacher, que se enfrentaba a 1.179 años de prisión, y Christian Arson, para quien la fiscalía pedía 720 años de privación de libertad. En los tres, a ellos dos y al joven marroquí, los detuvieron en el 2015 cuando se descubrió que captaban menores para producir material pornográfico en un piso de Tortosa a cambio de pequeñas cantidades de dinero.
Según relató la fiscalía en el juicio a los cuatro implicados en la trama que sí pudieron ser juzgados, José Cardona y Martín Rafael Chanzá, arrestados en Valencia; Fernando Aguilera, un exertzaina detenido en Vizcaya, y Miguel Avilés, arrestado en Cubelles (Garraf), todos ellos con antecedentes, la red se dedicaba a abusar sexualmente de menores y grabar pornografía infantil de tipología gay.
La alerta de un centro de menores de Tortosa, bajo la tutela de la Generalitat de Catalunya, permitió destapar el grupo y detener a siete personas en el 2015 en la capital del Baix Ebre, Cubelles, Xàbia, Valencia y Barakaldo. Inicialmente, la fiscalía pedía, en conjunto, 6.317 años de prisión. La intervención de los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil permitió desmantelar la red y comprobar que habían captado a los menores a Tortosa, Barcelona, Valencia, Marruecos, Tailandia, Rumania o el Vietnam, entre otros lugares. Se pudieron identificar 103 víctimas, algunas de las cuales eran menores tutelados, los conocidos en el argot como Mena, a quienes pagaban entre diez y veinte euros a cambio de actos sexuales.
Penas de prisión para los acusados que no se escaparon
La Audiencia de Tarragona condenó el año 2019 apenas de entre 7,5 años y 57,5 años de prisión a los cuatro individuos juzgados por un delito continuado de captación y utilización de menores para la elaboración y distribución de pornografía; por una de distribución de material pornográfico elaborado con menores de edad, y para seis delitos de abuso sexual a menores. Los dos arrestados ahora en Francia, que ya han sido trasladados a una prisión de Catalunya, a la espera de ser puestos a disposición del juez del caso, de que los reclamó en la Audiencia Nacional, acabarán de ser juzgados y todo parece indicar que ya no volverán a salir de la prisión.
Los abusos que se detectaron y poder probar se hacían a menores de edad que estaban bajo la tutela de la Generalitat de Catalunya, sin embargo, la DGAIA, el organismo del Gobierno que vela por los adolescentes y niños que viven en Catalunya, nunca hizo autocrítica por esta red de pornografía infantil, la mayor nunca detectada en España. Los Mossos d'Esquadra pudieron intervenir más de un millón de archivos de contenido pornográfico producido por los detenidos y exportado digitalmente a todo el mundo.