Las cámaras de seguridad de uno de los bares de la plaza de Sant Joan de Lleida detectaron como el viernes, de madrugada, dos personas accedían al interior, haciendo saltar las alarmas y despertando a los propietarios. Pero no se trataba de uno de los muchos robos que afectan a la ciudad de Lleida y que ni la policía catalana ni la policía local han conseguido detener. Uno de los dos hombres que aparecía en las imágenes de las cámaras de seguridad era conocido. El hombre había sido despedido del bar hacía pocos días y, para vengarse de los propietarios, entró en el local. No necesitó reventar la puerta ni el cristal, ya que aún tenía las llaves.
Cuando los propietarios alertaron de los hechos, los Mossos d'Esquadra se desplazaron hasta la zona y, con la descripción de las dos personas que aparecían en las cámaras de seguridad, pudieron identificarlas y registrarlas. Llevaban casi 2.000 euros que habían tomado del bar y aún tenían las llaves del establecimiento. Confirmaron que eran las mismas personas que aparecían en las imágenes de las cámaras y las detuvieron. Se trata de dos personas de nacionalidad china, compatriotas de los propietarios del bar.
Investigación abierta
Esta zona de la capital del Segrià cuenta con muchos bares, y, como también ocurre en todo el país, muchos de ellos están controlados por personas de origen chino. El hombre arrestado por este robo había trabajado en el bar, pero lo habían despedido, lo que hace pensar a los Mossos que accedió al mismo para vengarse de ese despido. Sea como sea, la Unidad de Investigación de la comisaría de Lleida ha asumido el caso para esclarecer qué se esconde detrás de este robo. La comunidad china es muy cerrada y poco colaboradora con la policía.