Los vecinos del barrio de Horta de Barcelona ya pueden vivir un poco más tranquilos. Los Mossos d'Esquadra han detenido al hombre que en los últimos meses los había estado fastidiando y haciendo la vida imposible disparándoles con una escopeta de balines desde su casa. Los hechos se habrían concentrado sobre todo entre finales de mayo y principios de junio, cuando el hombre, de 50 años, habría llegado a disparar en hasta nueve ocasiones contra un mismo edificio de la calle de Canigó. En una de las ocasiones, incluso, uno de los proyectiles disparados llegó a entrar por una ventana abierta e hirió a un menor de edad que estaba sentado en el sofá tranquilamente. De hecho, a raíz de este episodio, la familia tuvo que cambiar sus hábitos y no hacer vida en el comedor ante el miedo a que los volvieran a disparar y alguien se hiciera daño.

Los Mossos d'Esquadra abrieron una investigación con el fin de aclarar de dónde podían venir los tiros y se incrementó exponencialmente el patrullaje uniformado en la zona y las vigilancias. Esta presencia policial hizo que el individuo dejara de disparar y los incidentes se detuvieran en seco, pero todavía quedaba saber quién era. Finalmente, después de varios dispositivos en la zona, se pudo identificar el autor de los tiros, un hombre de 50 años sin antecedentes policiales y de quien los Mossos, en su habitual exceso de celo, no han querido facilitar la nacionalidad.

Completamente equipado para disparar balines a los vecinos

Este miércoles, 30 de julio, una vez recibida la autorización judicial para acceder al domicilio del investigado, se hizo una entrada y registro en la que se encontraron prismáticos, una mira telescópica, una caja de munición y restos de balines. Posteriormente, también se localizaron e intervinieron dos armas de aire comprimido y dos cajas de munición. Ante tantos indicios, el hombre quedó detenido como presunto autor de un delito de coacciones, acoso, lesiones leves y daños y está a la espera de ser puesto a disposición judicial. Hoy por hoy, se desconoce la motivación que lo llevaba a disparar balines contra sus vecinos desde casa.