El crimen de Juana Canal vuelve a revivir pocos meses antes de prescribir. La expareja de la mujer desaparecida en Madrid hace 19 años ha sido detenida, según ha avanzado La Sexta, este miércoles a las nueve de la mañana por la Guardia Civil y la Policía Nacional.
El que ya era el principal sospechoso en el momento de desaparecer la mujer, ha pasado a disposición policial. Juana murió en extrañas circunstancias, hecho que fue corroborado al encontrar sus restos (un fémur y el cráneo) hace tres años en Navarredondilla (Ávila) por un viandante que paseaba por la zona.
Última persona que la vio con vida
El hombre arrestado fue la última persona en verla con vida. Así lo ha explicado el abogado de la familia, Juan Manuel Medina, que ha aseverado en que mantuvieron "una fuerte discusión" y poco después desapareció. "Los indicios sueño muy fuertes", ha sentenciado el letrado.
A Juana se le perdió la pista el 22 de febrero de 2003. Pese a ello, y después de encontrar sus huesos, no se ha determinado todavía si murió asesinada aquel mismo día. A pocos meses de prescribir el delito (todo depende si se contabilizan los años desde la desaparición o el deceso), que cumplirá muy pronto 20 años, fecha máxima a nivel jurídico antes de que prescriba el crimen.
Juana tenía 38 años y dos hijos
En el momento en que la mujer se desvaneció tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada. Aquel mismo día en que desapareció, la nueva pareja de Juana, hoy detenida, dejó una extraña nota en el piso donde vivían explicando que habían tenido una discusión. El hombre, además, es propietario de esta vivienda y de otras próximas al punto donde aparecieron los restos mortales.
Los amigos y familiares de Juana siempre rechazaron la idea de que fuera una desaparición voluntaria. Porque negaban que la mujer fuera capaz de abandonar a sus dos hijos que había tenido con una relación anterior.
Investigación y falta de comunicación con la familia
La expareja, hoy detenida, fue interrogada por los investigadores cuando se produjo la desaparición, como también procedieron con el resto de amigos, compañeros y familiares de Juana. Sin embargo, en su momento no se inspeccionó el piso donde residía la pareja. La policía ha entrado y analizado la vivienda hace tan sólo unas semanas, donde ahora vive una persona próxima a la familia de ella.
El fémur y el cráneo de la mujer se encontraron en 2019. No obstante, los investigadores no lo notificaron a la familia, lo que provocó una clara falta de comunicación, hasta julio de 2022. El principal argumento para justificar este hecho se basa en los problemas derivados de la pandemia, a pesar de ser localizadas los restos de Juana un año antes de que entrara en vigor estado de alarma.