Olatz, una vecina de Les Borges Blanques (Lleida), se fue de vacaciones durante una semana el pasado mes de octubre y durante este tiempo dejó su coche a cargo de una empresa de aparcamientos de Barcelona, Good Parking. Cuando le devolvieron el vehículo, sin embargo, se llevó una desagradable sorpresa: el turismo tenía 500 kilómetros de más, estaba rayado en un lateral y días más tarde le llegó una multa de tráfico que ella era imposible que hubiera cometido, ya que estaba de viaje.

Según todos los indicios, alguien había utilizado su coche mientras tenía que estar a buen recaudo en el aparcamiento de la empresa en el aeropuerto del Prat. La persona que cogió el vehículo no solo lo destrozó con una raya que se extendía por todo el lateral y cuyo coste de reparación ascendería a los 970 euros, sino que el interior también estaba sucio, lleno de envoltorios de piruletas que ella no había dejado. En un primer momento solo tuvo sospechas, pero todo se confirmó una vez puso en marcha el coche y vio el cuentakilómetros: ella solo había hecho 160 para llegar desde Les Borges Blanques hasta la capital catalana y cuando recogió el coche había subido hasta 626, según ha explicado a RAC1.

Desde la empresa no quieren asumir las consecuencias

Según ha explicado Olatz, pagó 43 euros por todo el servicio y cuando explicó a la empresa lo que había pasado, estos solo la indemnizaron con 50 euros por la gasolina que había gastado la persona que lo había utilizado, así como un número de póliza. Sin embargo, la aseguradora también se ha desentendido del asunto, alegando que se trata de un contrato privado entre ella y Good Parking. Por si no era suficiente, pocos días después le llegó una multa que le habían puesto en Viladecans (Barcelona), uno de los días en los que ella todavía estaba de viaje.

Con todo, la situación ya se ha puesto en conocimiento de los Mossos d'Esquadra, pero, de momento, Olatz no ha conseguido que nadie se haga responsable de este incidente, asegurando, incluso, que desde la empresa le gritaron después de ponerse en contacto con ellos por los desperfectos ocasionados.