El policía local de Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat) juzgado por la muerte de un detenido en el 2014 ha asegurado este jueves durante el juicio que no presionó el cuello de la víctima con las manos sino que lo inmovilizó con el brazo entre el cuello y el tórax. Esta versión presenta notables contradicciones. La víctima se resistía a la detención y habría agredido a los dos agentes que lo querían arrestar. Mientras uno intentaba esposarlo, el otro, al acusado, lo inmovilizó por detrás y asfixió hasta la muerte al detenido.

El arrestado murió por insuficiencia respiratoria. Dos forenses han contradicho la versión del acusado y han explicado que las lesiones en el cuello sólo se podían hacer con los dedos de las manos.

La víctima sufría un trastorno bipolar

Las dos forenses que hicieron la autopsia han explicado que la víctima tenía lesiones en la cara y en el cráneo, en los brazos, piernas y espalda. Además, tenía el hueso hioideo y el cartílago tiroideo rotos, cosa que habría facilitado la asfixia. Según ellas, casi siempre se rompen por la presión de los dedos de la mano. Las marcas en el cuello indicarían que el acusado habría presionado el cuello con los dedos de la mano por los dos lados. La víctima, de 36 años, sufría un trastorno bipolar pero, según su tío, no era violento, y los análisis detectaron cannabis y un medicamento para la afectación psíquica que sufría.

Detenido / GatoDesing

Detenido / GatoDesing

Durante su declaración en la Audiencia, el acusado ha explicado que la madrugada del 16 de junio del 2014 los avisaron de que había un sospechoso en un polígono industrial. Cuando lo localizaron, el hombre huyó corriendo y se cayó al suelo. El agentes lo atraparon y lo quisieron esposar, pero él se resistió de forma violenta, explica el acusado. Según el agente, mientras lo asfixiaba, la víctima no gritó en ningún momento, ni los insultó o pedir ayuda, pero sí que se movía mucho.

Al cabo de unos instantes la víctima perdió el conocimiento. El acusado avisó los Mossos d'Esquadra. Al cabo de un rato empezaron los masajes cardiacos para reanimar a la víctima y los mossos y el SEM también lo intentaron durante 45 minutos, pero el hombre acabó muriendo igualmente. El acusado ha asegurado que su intención en ningún caso era asfixiar a la víctima, sino "controlarlo".

Testigos y acusación

El agente que acompañaba al acusado ha explicado también que el acusado no puso las manos en el cuello al fallecido. Un vigilante de seguridad de una empresa próxima ha explicado que vio a la víctima caminando con dificultades antes de ser atrapado por los agentes locales.

La fiscalía pide dos años de prisión por homicidio imprudente y 120.000 euros de indemnización por el tío del muerto. La acusación particular pide cuatro años de prisión, pero ha intentado acusar por homicidio doloso para el cual el caso se tendría que haber juzgado con jurado popular, cosa que el tribunal ha rechazado.

Las acusaciones consideran que el agente actuó de forma desproporcionada, antirreglamentaria y con la conciencia del riesgo que podía sufrir la víctima. En cambio, la defensa asegura que la actuación estuvo totalmente dentro del reglamento policial y la muerte de la víctima fue totalmente "fortuita" y no imprudente.