Alberto Sánchez, sentado en la banqueta, ha escuchado este miércoles el relato de seis agentes de la Policía Nacional en la segunda sesión del juicio por matar, descuartizar y comerse parte del cuerpo de su madre en Madrid. Los agentes, que participaron en febrero de 2019 en la detención del acusado, apodado el 'caníbal de Ventas', han relatado que el joven confesó con actitud fría y "sin emociones" cómo había descuartizado a su madre con un serrucho y cómo se había ido comiendo sus restos "cocinados y en crudo", dándole otros restos a su perro 'Koke'.
Las siguientes descripciones, tal y como se han relatado durante la vista judicial, pueden herir la sensibilidad del lector.
Restos de carne en tapers y por toda la casa
Los policías han explicado la cantidad de restos humanos que encontraron dispersos por toda la casa, algunos en recipientes de plástico y otros en proceso de ser cocinados o esparcidos por diferentes habitaciones. La cabeza estaba sobre la cama del dormitorio principal. Allí también encontraron el corazón en un recipiente junto a un tenedor.
"Tenía sangre seca en la comisura de los labios y restos de carne en las uñas", ha narrado uno de los policías sobre el acusado -Alberto-, de 28 años, durante su detención.
Uno de los agentes también ha precisado que en el baño había un cuchillo y varios restos de masa corporal. En la cocina hallaron varios huesos que parecían costillas, una membrana que parecía un diafragma y, dentro de una cazuela, una bolsa de plástico con un trozo de carne, que según la forense era un muslo.
"Sí, mi madre está aquí dentro, fallecida"
Los hechos se produjeron el 21 de febrero de 2019, cuando Alberto tenía 26 años. Una amiga de Soledad -la fallecida- denunció su desaparición en el distrito de Salamanca en Madrid, tras un mes sin verla y sin contestar al teléfono.
La denunciante alertó que la desaparecida vivía con su hijo y que éste podría tener problemas psiquiátricos. El joven tenía una orden de alejamiento de su madre por maltratos reiterados. Tras la denuncia, una patrulla se dirigió al domicilio de Soledad, ubicado en el número 50 de la calle de Francisco Navacerrada, en el barrio de Ventas.
Alberto les abrió la puerta. Los agentes preguntaron. "Sí, mi madre está aquí dentro, fallecida", respondió. La policía comprobó el terrible homicidio y fue entonces cuando el joven explicó que había descuartizado a su madre y se la estaba comiendo: "El perro y yo nos hemos ido comiendo a trocitos a mi madre", aseguró.
Muerte por asfixia tras una discusión
A los policías les llamó la atención la actitud impasible del chico al narrar durante su traslado a la comisaría de una forma "tremendamente tranquila" cómo había matado a su madre, sin mostrar "ningún tipo de arrepentimiento".
Según el escrito provisional del fiscal, el homicidio se llevó a cabo después de una discusión del acusado con su madre. Tras un enfrentamiento verbal se dirigió a ella sujetándola del cuello y con el propósito de acabar con su vida le presionó fuertemente con sus manos hasta estrangularla y causarle la muerte por asfixia.
A continuación el acusado trasladó el cadáver hasta el dormitorio de la vivienda y lo colocó sobre la cama "con el propósito de ir haciendo desaparecer su cuerpo", para lo cual procedió a su descuartizamiento empleando una sierra de carpintero y dos cuchillos de cocina que tenía en la casa, recoge 20 minutos.
El acusado pasó quince días comiendo restos cadavéricos.
Cárcel e indemnización
Alberto, que se encuentra privado de libertad por estos hechos desde el 23 de febrero de 2019 , por delitos de homicidio y profanación de cadáveres, se enfrenta a 15 años y 5 meses de prisión. Además se le reclama que indemnice en 90.000 euros a su hermano, hijo mayor de Soledad.