Giro inesperado en el caso Déborah Fernández, asesinada hace 19 años en Vigo: han localizado fibras y pelos en las uñas de su cadáver que podrían ser clave para saber quién la mató.
Déborah Fernández-Cervera
Déborah Fernández-Cervera, de 21 años, salió a correr por la playa de Samil (Vigo) en el año 2002, pero nunca volvió. Al cabo de 10 días, encontraron su cadáver en una cuneta de O'Rosal, a 45 kilómetros de donde desapareció y la autopsia confirmó la peor de las hipótesis: había muerto asfixiada.
No hay ningún culpable ni ningún investigado
No obstante, su cadáver no presentaba lesiones, pero los forenses determinaron que la habían asesinado y que no se trataba de una muerte natural. A pesar de las investigaciones que se hicieron, las cuales según la familia fueron nefastas, no se encontró ningún culpable de su asesinato y la familia Fernández-Cervera hace más de 19 años que vive sin saber a quién es el asesino de su hija.
Localizan pelos y fibras en sus uñas
El 18 de mayo exhumaron el cuerpo de la Deborah y los investigadores han localizado pelos y fibras en las muestras encontradas en las uñas de la joven, que podrían ser clave para saber quién la mató.
La familia tiene esperanza en que se resuelva el caso
La familia ha recibido los primeros resultados del estudio, que confirman la aparición de pelos y fibras que se compararán con los encontrados en su momento y con los encontrados en el examen de un congelador llevado a cabo en 2019. En un comunicado, la familia ha señalado que estos datos "hacen tener esperanzas" con el fin de poder determinar "qué persona o personas tuvieron intervención bien en la muerte, bien en la ocultación y posterior traslado del cuerpo".
Investigan el disco duro de su ordenador
Asimismo, han trasladado "la misma confianza" con respecto a los resultados del estudio del disco duro del ordenador de Déborah, que se encontraba guardado en dependencias policiales desde 2006 "sin que se hubiera aportado en el Juzgado tanto el disco como su contenido".
"Ahora se está intentando determinar si se procedió en el borrado de datos entre el 1 y el 10 de mayo de 2002, y recuperar los mismos, así como poder determinar la actividad en los últimos meses de vida", señalan.
Falta un año para que prescriba el crimen
En todo caso, constatan que los hallazgos "vuelven a evidenciar la negligente actuación policial el año 2002, porque como ya consta en actuaciones, en su momento no se hizo inspección de las uñas de las manos de Déborah". Falta un año para que prescriba el crimen y, por lo tanto, la investigación está siendo a contrarreloj y están intentando averiguar más detalles para aclarar los hechos.