La falsa médico de Berga ha sido condenada a 32 meses de prisión por intrusismo y falsedad documental, aunque no tendrá que ingresar en ningún centro penitenciario porque ha reconocido los hechos y no tenía antecedentes previos. Tal como ha informado el TSJC, esta decisión llega después de que todas las partes hayan llegado a un acuerdo de conformidad en el cual también se le prohíbe trabajar en ningún centro sanitario, tampoco de camarera o en el servicio de limpieza, durante cinco años.
Trabajó durante años en hospitales de Catalunya engañando a todo el mundo
La mujer, de 31 años, estuvo durante años burlándose del sistema sanitario y trabajando de médico, enfermera y técnica de ambulancias sin tener ninguna de las titulaciones necesarias. Lo hacía, según la sentencia de conformidad, "con un plan preconcebido" y "siendo conocedora que no estaba habilitada" para ejercer estas profesiones. Durante todo este tiempo, la falsa médico habría hecho diagnósticos a pacientes y recetado tratamientos farmacológicos firmados por diferentes facultativos.
Para hacerlo creíble y poder engañar a todo el mundo, falsificó los resguardos de las titulaciones de Medicina de la Universidad de Girona, el título de Enfermería de la Universidad de Vic y el justificante del pago de la tasa del Colegio de Médicos de Barcelona, aunque no se ha podido averiguar quién fue la persona que falsificó toda esta documentación. Con eso, pudo trabajar durante años en una docena de empresas sin la titulación necesaria. Entre estas están el Hospital de Vic, el Hospital de Berga, un centro privado de Girona, el RACC, la Dexeus y también empresas de ambulancias.
Desenmascarada por el hospital de Berga
El verano de 2023, después de siete meses trabajando como médico en el servicio de urgencias del hospital Sant Bernabé de Berga, la dirección la descubrió. El centro la despidió y también echó al jefe de Recursos Humanos, responsable de su contratación. Poco después, los Mossos d'Esquadra detuvieron a la falsa médico en Vic y el juez la dejó en libertad provisional con medidas cautelares a la espera de la celebración del juicio. Finalmente, la acusada ha acabado reconociendo los hechos y, en un acuerdo de conformidad, ha aceptado una pena total de 32 meses de prisión, la inhabilitación para trabajar durante cinco años en un centro que ejerza funciones sanitarias a toda Europa y una multa de poco más de 1.000 euros.