Las reuniones de escalera en los bloques de pisos pueden llegar a ser muy tensas, pero a veces los vecinos tienen buena relación entre ellos y se ayudan los unos a los otros, como es el caso de cinco personas de Gavà, en el Baix Llobregat, que se pusieron de acuerdo para tener ni más ni menos que cuatro plantaciones de marihuana diferentes en el mismo bloque de pisos. Lo que no pensaron, sin embargo, es en el olor que saldría de una concentración de droga tan grande, uno de los motivos por los que los han pillado. Los detenidos son tres hombres y dos mujeres de entre 22 y 57 años, sin antecedentes. Según ha podido saber ElCaso.com, los detenidos eran de etnia gitana. Se les acusa de un delito contra la salud pública, por tráfico de drogas, y defraudación de fluido eléctrico.
Los Mossos d'Esquadra han realizado un gran operativo, movilizando decenas de unidades, para poder acceder al bloque, confiscar todo el material y detener a los autores de los delitos. La entrada se realizó el pasado mes de noviembre, específicamente el día 27, pero la investigación comenzó en febrero, cuando alguien, probablemente un vecino cansado de los problemas que les acarreaba la convivencia con los delincuentes, informó a los Mossos sobre una plantación de marihuana dentro del bloque de diez plantas. Los agentes se desplazaron hasta allí, para buscar indicios, pero tampoco tuvieron que esforzarse demasiado. Nada más llegar ya notaron el fuerte olor a marihuana, y al comprobar la instalación eléctrica, vieron que estaba pinchada y que consumía mucho, claro indicio de que había una plantación escondida.
Armas de fuego y marihuana
Finalmente, el 27 de noviembre pudieron entrar a registrar cuatro de los pisos, y no se marcharon precisamente con las manos vacías. Los agentes salieron del edificio después de la operación con un total de 800 plantas de marihuana, nueve kilogramos de cogollos de marihuana y 1.300 euros en efectivo. Además, también encontraron dentro diversas armas de fuego con munición, una sorpresa que no inspira demasiada confianza. Antes de marcharse, los agentes desmantelaron las instalaciones eléctricas, para evitar que utilizaran el fluido ilegalmente y, sobre todo, porque los técnicos consideraron que la sobrecarga implicaba un alto riesgo de incendio. Con el chiringuito desmontado y los autores detenidos, los vecinos ya pueden respirar un poco más tranquilos.
