La Dirección General de Tráfico ejerce un férreo control en las carreteras españolas, especialmente al acercarse fechas señaladas o el inicio del periodo de vacaciones, en el que miles de coches abandonan las ciudades en masa y cruzan el país, con todos los riesgos que esto supone. Si bien las carreteras y autopistas ya están equipadas con toda clase de radares (móviles, invisibles, de tramo...), este año la DGT no ha querido escatimar y ha adquirido una serie de vehículos para que ninguna infracción de tráfico quede impune durante la operación salida. Se trata de vehículos convencionales que pueden pasar por un coche normal, pero que, en realidad, están equipados con radares de velocidad.
La siniestralidad es una de las grandes problemáticas de las carreteras del país, que cada año ve como las cifras de accidentes y víctimas mortales aumentan sin parar. Una de las causas de los accidentes es, precisamente, la velocidad, el factor que tanto la DGT como las fuerzas de la autoridad más pretenden controlar, ya sea con controles o radares. Ahora, la DGT ha incorporado a su flota dos nuevos vehículos equipados con radar, con los que recorrerán las carreteras y sancionarán a aquellos conductores que no cumplan con el límite de velocidad establecido. Hay que recordar que las multas por exceso de velocidad pueden ascender hasta los 600 euros, por lo que conviene respetar las normas.
La DGT incorpora dos coches convencionales que funcionarán como radares camuflados
Con la intención de impedir que los conductores excedan el límite de velocidad, la DGT ha adquirido dos modelos de coches muy convencionales que, de verlos circulando por la autopista, nadie sospecharía de su verdadera función: ser un radar. Así pues, la DGT suma a su arsenal de radares el modelo Alfa Romeo Stelvio, así como un SEAT Exeo de color azul, el cual ya está fuera del mercado. A estos dos vehículos, si bien se desconoce cuántas unidades ha encargado la DGT, se suman también 34 motos camufladas, con la misma función que los coches. Finalmente, también se incorporarán 780 radares fijos, 245 cámaras y una veintena de drones, que, del mismo modo, controlarán la velocidad de los automóviles. En total, se calcula que en España hay unos 2.460 radares, entre fijos, móviles y de semáforo.
Las multas por velocidad también pueden suponer una pena de cárcel
Las sanciones por exceso de velocidad son las que más frecuentemente se interponen contra los conductores, dado el amplio control que hay en las carreteras y autopistas, y viendo el peligro que exceder la velocidad supone para todos los usuarios de la vía. La multa mínima por superar la velocidad establecida es de 100 euros, para aquellos que en un tramo de 120 km/h excedan la velocidad en un máximo de 150 km/h. A partir de ahí, cuando los conductores circulan a una velocidad de entre 151 km/h y 170 km/h, la multa pasa a ser de 300 euros y la pérdida de dos puntos del carné. Circular entre 171 km/h y 180 km/h supone una sanción económica de 400 euros y cuatro puntos, y hacerlo a un máximo de 190 km/h pasa a costar 500 euros y seis puntos de carné. La multa máxima, para todos aquellos que circulen entre 191 km/h y 200 km/h (o más) es de 600 euros y seis puntos, si bien este delito también puede ser sancionado por la vía penal y suponer una condena de cárcel.