Dos adolescentes han asesinado a su profesora de castellano porque les puso una mala nota. Los dos chicos acusados, Jeremy Goodale y el Willard Miller, la mataron a golpes con un bate de béisbol. La maestra Nohema Graber, de 66 años, que daba clases en la escuela secundaria Fairfield (Iowa, Estados Unidos), desapareció el 2 de noviembre de 2021. Al día siguiente, su cuerpo fue hallado en un parque de la localidad bajo una lona, junto a unas marcas en el suelo y una carretilla. Es decir, que también la intentaron enterrar después de golpearla hasta la muerte por una mala calificación, según la documentación aportada por la fiscalía. Los dos jóvenes, que en el momento de los hechos tenían 16 años, están inmersos de lleno en el proceso judicial y, según han publicado varios medios locales, la sentencia final podría darse a conocer los próximos días.

Una mala nota y la mentalidad asesina de dos menores acabó con la vida de una profesora de castellano de 66 años

Por lo visto, Nohema Graber era espiada muy de cerca por dos de sus alumnos, especialmente después de haber obtenido una mala calificación en su asignatura. De hecho, la profesora salió a pasear, como hacía diariamente, por Fairfield, pero no retornó a casa. La desaparición fue extraña, aunque la gran conmoción social surgió en la población norteamericana cuando se conoció la noticia que los presuntos asesinos eran dos menores que, además, eran alumnos sus alumnos. En los documentos presentados ante el tribunal por el trágico y escabroso suceso en noviembre de 2021, aseguran que uno de los dos estudiantes, Willard Miller se reunió con la profesora de castellano en la escuela secundaría la tarde del crimen para discutir sobre la nota que había recibido poco antes en clase. El chico, según apuntan medios locales, dijo a la policía que estaba enfadado porque Nohema Graber le había perjudicado con el apunte negativo su media general de calificaciones en el instituto.

"Se cree que la mala nota es el motivo del asesinato de Graber que conecta directamente con Miller", se explica en los documentos judiciales presentados por el fiscal del condado de Jefferson, Chaunceu Moulding, y el fiscal general adjunto de Iowa, Scott Brown. No obstante, Miller negó inicialmente ante la policía cualquier implicación en la desaparición de la profesora, para después asegurar que tenía conocimiento de los hechos pero que no participó. Incluso llegó a decir que los verdaderos asesinos eran "un grupo ambulante de niños enmascarados" que lo obligaron a darles su carretilla para poder mover el cuerpo y sacar la furgoneta del parque. Este vehículo habría sido, seguramente, el que dejó las marcas al suelo.

Le robaron la furgoneta con la que iba al parque a pasear

Con respecto al otro chico, Jeremy Goodale, los documentos judiciales describen cómo un testigo proporcionó fotos de una conversación de Snapchat que identifican que "actuó conjuntamente con otra persona para provocar la muerte de Graber". El mismo individuo que proporcionó los textos a la aplicación vio al adolescente haciendo declaraciones que lo implicaban tanto a él como su compañero Willard Miller. Varios peatones, menos de una hora después vieron salir la furgoneta con la que Nohema Graber solía ir a un parque a pasear después de la escuela. Desgraciadamente, la caminata por aquel pulmón verde de Fairfield es donde fue encontrado su cuerpo sin vida. El vehículo de la profesora fue visto con dos personas sentadas en los asientos delanteros, que podrían referirse directamente a los dos jóvenes, saliendo del recinto público.

La furgoneta de Nohema Graber acabó al final de un camino rural. Jeremy Goodale hizo una llamada telefónica poco después de dejar el vehículo allí, para que les vinieran a buscar mientras caminaban hacia la ciudad por la carretera. Así lo aseguran los investigadores del caso. La sentencia saldrá seguramente los próximos días, según los medios locales, aunque el juicio de Miller está previsto para el 20 de marzo en Council Bluffs y el de Goodale para el 5 de diciembre en Davenport. En estos momentos, los dos acusados por el asesinato de su profesora de castellano de 66 años tienen 17 años i, a pesar de haber cometido el crimen con 16, serán juzgados como adultos. Cabe recordar que la pena por asesinato en primer grado en Iowa es cadena perpetua.