Cazado el agresor sexual de Móstoles (Madrid) tras abusar, presuntamente, de diez mujeres con las que concertaba citas a través de una aplicación de contactos. La Policía Nacional lo ha detenido en la ciudad madrileña y está acusado, como mínimo, de diez delitos contra la libertad sexual. El arrestado establecía una relación de confianza con las víctimas mediante Tinder y otras apps para, después, quedar con ellas y "mantener un contacto sensorial con el cual incrementar los sentidos y dejarse llevarse", han explicado desde la Jefatura Superior de Policía de Madrid en una nota. Una vez las había convencido, iban a un lugar "de confianza con todo completamente oscuro" para abusar sexualmente de ellas e, incluso, utilizar la fuerza en alguna ocasión. También les llegó a robar objetos personales durante el acto. La investigación para identificar y localizar al hombre inculpado se inició en febrero, momentoen el que los agentes tuvieron constancia de una denuncia por parte de una de las víctimas. Esta explicó que le ofreció mantener una cita "imponiendo unas condiciones" previas.

Ocultaba la cara para no ser identificado mientras las agredía sexualmente

Pero no sólo era una cita a ciegas que acababa en un supuesto abuso sexual. El hombre detenido, además, ocultaba su rostro para no ser identificado después por las víctimas. En el caso de la primera mujer que denunció, aseguró en febrero ante los agentes de la Policía Nacional que la "había agredido sexualmente en dos ocasiones". Por ello, los policías empezaron a investigar y prestaron especial atención a las condiciones que imponía en el momento de quedar con las mujeres. Estas eran, resumidamente, mantener un contacto en un lugar de confianza, en una oscuridad absoluta para "incrementar los sentidos y dejarse llevar", aunque posteriormente tendrían que verse las caras. Cosa que nunca sucedía. Las indagaciones policiales lograron encontrar a dos víctimas más que no habían presentado denuncia. En ambos casos, el modus operandi era lo mismo, incluso con las mismas frases.

Por lo que parece, una vez conseguía mantener el contacto sexual presuntamente forzado, bloqueaba los números de teléfono de las mujeres para que no pudieran contactar más con él ni identificarlo. Esta situación fue la que más dificultad presentó para los investigadores de la Policía Nacional. Sobre todo porque los domicilios que había utilizado en varias circunstancias eran falsos, además del hecho de que ninguna víctima consiguió verle el rostro. Pese a las adversidades, el cuerpo estableció un dispositivo especial hasta conseguir localizarlo y lo detuvo, poco después, en la ciudad madrileña de Móstoles.

En el registro, los agentes intervinieron dos terminales de telefonía móvil. Los datos de ambas fueron analizados y permitieron descubrir que tenía más de 400 perfiles de mujeres bloqueados. Los policías se pusieron en contacto con todas ellas y localizaron a siete mujeres más que ya tenían intenciones de presentar denuncias por haber sido víctimas de varios delitos contra la libertad sexual por parte del individuo. En estos momentos la investigación continúa abierta y no se descarta encontrar a más víctimas.