Un hombre de 53 años fue detenido el pasado domingo acusado de traficar con drogas. Los Mossos d'Esquadra se enteraron de que se pasaba el día sentado en la terraza de un bar de la plaza de la Estación de Figueres (Girona). Cada poco tiempo se levantaba, se marchaba y volvía a su sitio, donde aparecía una persona con quien se intercambiaban un par de palabras, además de un paquete de aspecto sospechoso. Con esta información, la policía catalana decidió montar un dispositivo de vigilancia para comprobar que, según sus sospechas, los fardos contenían droga.

Metía la droga en bolsas de patatas que escondía en un contenedor

Durante la inspección, agentes de paisano vieron que cuando el hombre se levantaba se dirigía hacia unos contenedores que había cerca. Rebuscaba dentro hasta encontrar una bolsa de patatas fritas de donde sacaba los diferentes fardos que, según pudieron comprobar más adelante, contenían varias dosis de cocaína y de hachís. Una vez tenía el pedido, volvía a su mesa en el bar, y esperaba la llegada de su cliente, con quien se comunicaba a través de mensajes de texto.

En un intento por no llamar tanto la atención, a veces cambiaba el lugar donde quedaba con los compradores, y se desplazaba momentáneamente a un vestíbulo cercano donde llevaba a cabo su negocio, avisando previamente a los clientes del cambio de lugar de la entrega. Después de ver todo eso, los agentes arrinconaron al sospechoso alrededor de las ocho de la tarde y lo registraron. Encima llevaba tres envoltorios de hachís, tres de cocaína y 124 euros en billetes. Se calcula que en total, las sustancias que le requisaron tenían un precio de mercado de 144 euros. Por todo eso, el sospechoso quedó detenido acusado de un delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas.