Las operaciones estéticas no siempre salen como uno se imagina y, aunque la ciencia ha avanzado mucho en este sentido, en algunas ocasiones la intervención errónea de un cirujano puede causar consecuencias muy graves para la salud de muchas personas.

Hay muchas personas que han decidido demandar a los doctores en los que confiaron después de que hayan sufrido las consecuencias de malas operaciones y pueden llegar a perder una gran cantidad de dinero en abogados y no conseguir nada hasta que hayan pasado muchos años.

Es por eso que es recomendable ponerse en las manos de profesionales de primer nivel para reducir considerablemente las posibilidades de que la operación salga mal. También las personas que estén dispuestas a arriesgarse deberían de considerarlo y ser plenamente conscientes que en las cirugías siempre se pueden complicar las cosas.

El caso de Pete Broadhurst

Pete Broadhurst es un hombre británico de 79 años que lleva varios años sufriendo las consecuencias de una operación estética negligente. Decidió operarse las mejillas en 2019 después de encadenar varias relaciones sentimentales fallidas.

Decidió gastar unos 13.000 euros para que un cirujano le operara las mejillas, una acción que lamentaría el resto de su vida. Tuvo que ser operado en varias ocasiones, ya que en la primera intervención había habido algunas complicaciones que podían perjudicarle a la larga.

quirófano Pixabay

Quirófano / Pixabay

Después de varias operaciones que no sirvieron para nada más que empeorar las cosas se quedó con una lesión en el ojo izquierdo, no es capaz de cerrar el párpado. Esto le ha provocado muchos problemas de visión y para dormir.

Broadhurst debe taparse el ojo y necesita usar gotas para que no se le sequen, concretamente se aplica este líquido ocho veces al día.

El origen de sus problemas

En 1959 Broadhurst decidió operarse para arreglar un problema dental, con tan mala suerte que las mejillas le crecieron de forma notable, lo que le provocó varios complejos y después de varias relaciones fracasadas decidió operarse para 'arreglar' lo que otro médico había hecho mal varios años atrás.

Después de su operación en 2019 estuvo varias semanas con un fuerte dolor y ardor en los ojos. Los médicos con los que consultó le dijeron que era un problema normal y que no se debía de preocupar. Pese a ello, su situación no mejoraba y decidió contactar con el cirujano que le había operado para arreglar este nuevo problema.

El médico que le trató accedió a operarle de nuevo sin cobrarle nada, la idea era injertarle piel en los párpados para mejorar su problema ocular. Después de dos años la situación de Broadhurst ha ido a peor, actualmente no puede cerrar del todo el ojo izquierdo y empieza a tener problemas con el derecho. Ha perdido gran parte de la vista y varios centros médicos se niegan a volverle a operar, ya que consideran que no mejorarían su visión de ninguna manera.