Desde que el pasado mes de julio la Policía Nacional publicara la lista con los diez delincuentes más buscados de España, ya han sido cuatro los que han podido ser detenidos. El último ha sido Jesús Heredia, un peligroso asesino que en el año 2009 mató a un hombre en un bar de Talavera de la Reina, en Toledo. Los hechos tuvieron lugar después de una discusión que acabó con él, junto con su tío, atacando a la víctima, Jesús Robles, con un cuchillo. Posteriormente, puso fin a su vida disparándole en hasta cinco ocasiones.
Dos años después del crimen, se celebró un primer juicio donde fue declarado no culpable. No obstante, el Tribunal Supremo ordenó la repetición y, esta vez, en el año 2014, el jurado popular lo declaró culpable de asesinato, siendo condenado a quince años de prisión, además de otro por tenencia ilícita de armas y al pago de una indemnización de 350.000 a la familia de la víctima. Entonces, se fugó y desde entonces, durante una década, ha estado en busca y captura, hasta el punto de figurar entre el listado de los diez delincuentes más buscados del Estado.
Escondido con la ayuda de su familia
Los investigadores pudieron comprobar que el fugitivo contaba con una amplia red de vínculos familiares que le estaban facilitando cobertura para que se pudiera esconder. Sin embargo, la difusión de la lista de los más buscados y que su rostro apareciera a las redes sociales atrajo la colaboración ciudadana, lo que permitió localizarlo en Murcia. Después de varios dispositivos de vigilancia y seguimiento, pudieron descubrir dónde vivía escondido con su mujer. Para evitar que lo descubrieran, contaba con fuertes medidas de autoprotección y contravigilancia, aunque finalmente no le acabaron sirviendo de nada y fue detenido en un operativo especial en su domicilio con el apoyo del Grupo Operativo Especial de Seguridad y de la Unidad de Prevención y Reacción.
Cuatro de los diez fugitivos más buscados, detenidos
Jesús Heredia es el cuarto detenido de la lista de diez fugitivos más buscados que la Policía Nacional hizo pública el pasado verano. El primero a caer fue Jonathan Montoya, el peligroso sicario que asesinó a un gran capo colombiano de la droga en Madrid y que, días después de ver cómo su cara se había hecho viral a las redes, optó por entregarse. Ya en octubre, cayeron dos más. Uno de ellos fue Domingos Manuel Pinto Coelho, un hombre acusado de agredir sexualmente a su hija menor de edad entre los años 2010 y 2018 y que pudo ser detenido en Brasil. El otro fue Gregorio Navas, un ladrón especializado en empotramientos y robos de vehículos que intentó atropellar a dos agentes de la Guardia Civil cuando lo iban a detener.