Anabolizantes, hormonas o productos para la disfunción eréctil vendidos de manera ilegal e importados de otros países. Esto es lo que hacía esta banda distribuida por toda la geografía española, que contaba con varias farmacias que ofrecían los servicios, como si fueran sucursales de la organización, además de centros sanitarios y con la ayuda de un enfermero colegiado en Madrid. La Policía Nacional, en una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, han desarticulado un grupo criminal dedicado a la comercialización ilegal de semaglutida y han detenido a 33 personas en toda España, concretamente en Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante y Sevilla.

 

La Policía Nacional ha llevado a cabo 24 entradas y registros —once en Madrid, seis en Málaga, tres en Alicante, dos en Barcelona y otros dos en Sevilla— en los que se han incautado de más de 300.000 dosis de diferentes compuestos farmacéuticos, casi 400.000 euros en efectivo y se han intervenido un total de 25 cuentas bancarias. Las sustancias, que iban desde la semaglutida hasta anabolizantes, hormonas de crecimiento, productos para la disfunción eréctil o fármacos para la quema de grasa, supondrían un valor de mercado de más de dos millones de euros. Además, los agentes intervinieron cuatro armas blancas, una defensa eléctrica y 28 dispositivos electrónicos.

Red de farmacias, con pastillas de Portugal y Polonia y la colaboración de un enfermero

La cuestión, además de la amplia red de farmacias que tenían establecidas, también en territorio español, era de dónde procedían los productos. La Policía Nacional inició la investigación el pasado octubre tras recibirse información por parte de la Fiscalía alemana de Múnich en la que se advertía del posible envío de un paquete a España desde Alemania que contenía medicamentos ilegales. Pero, según han explicado fuentes cercanas al caso a ElCaso.com, la mayoría de envíos, que procedían de terceros países, llegaban desde establecimientos y laboratorios de Portugal y Polonia. Todo ello, sin la necesaria prescripción médica y en muchos casos con la connivencia de los responsables de centros sanitarios o farmacias.

De hecho, las investigaciones llegaron hasta un enfermero, colegiado en Madrid, que colaboraba directamente en este entramado. Se trasladaba directamente a los domicilios de los clientes o a los centros deportivos donde entrenaban para suministrar ilícitamente los fármacos. El investigado, además, también realizaba tratamientos de suero terapia por encargo, sin el debido control médico y sin tener las condiciones higiénicas adecuadas, por 300 euros por sesión. En cualquier caso, tanto este sanitario como el resto de implicados colaboraban en la distribución ilegal de fármacos, desde al menos cuatro establecimientos en España y por envíos de paquetería.

Los 33 arrestados están acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, intrusismo profesional y blanqueo de capitales. El cuerpo policial, al ser preguntado por este medio, no ha facilitado edades ni nacionalidades de los detenidos.