Gran preocupación entre los ganaderos de todo Catalunya por el importante aumento de robos de cabras y ovejas que en los últimos meses se está produciendo en el territorio. Este 2024 se ha denunciado la sustracción de más de 300 cabezas de ganado, con especial afectación en las comarcas interiores del Camp de Tarragona y del sur de Ponent. La situación ha llevado a abandonar a algún pastor que lo consideraba una situación "insoportable", mientras que otros han optado por tomar medidas drásticas como instalar cámaras y sistemas de videovigilancia o, incluso, dormir en el corral con los animales para evitar que alguien se los lleve.

El presidente de la Federació d'Entitats Catalanes de Ramaders d'Oví i Cabrum (FECOC), Xavier Rivera, ha pedido a las administraciones que se pongan manos a la obra y desde el organismo ya se han reunido con los Mossos d'Esquadra para tratar el tema. Sin embargo, "los robos continúan", tal como ha lamentado en declaraciones en la Agència Catalana de Noticias (ACN). Desde la FECOC insisten en que "estos hechos comportan unos agravios muy negativos para el mantenimiento de las explotaciones", cosa por la cual muchos de los pastores han decidido tirar la toalla y vender su rebaño.

Sistemas de vigilancia y dormir con el rebaño

Muchos de los que no han optado por venderse las cabras, corderos y ovejas, han tenido que instalar cámaras de videovigilancia, optar por no guardar en rebaño en corrales alejados, y algunos de ellos han empezado a dormir al lado de los establos, en furgonetas o casas adyacentes. En cambio, algunos de los afectados tratan de hacer el posible para sobrevivir, como una quesera de Rasquera a la que le robaron las 70 cabras que tenían para producir la leche y que ahora tienen que comprar la materia prima fuera para no cerrar. Los robos se concentran sobre todo en las comarcas de la Conca de Barberà, el Baix Camp y el Alt Camp y un gran número se producen hacia la primavera a raíz de la celebración musulmana de la Fiesta del Sacrificio del Cordero.