Una chica de 17 años fue detenida el pasado lunes por la policía del condado de Nassau, en Florida (Estados Unidos) acusada de haber matado a su bebé de solo 9 meses con una sobredosis de fentanilo. La joven, que según las autoridades locales cambió varias veces de versión, acabó confesando los hechos, asegurando que quería que el niño se durmiera mientras ella descansaba un rato. Según los resultados de la autopsia, en el corriente sanguíneo del bebé había 10 veces más cantidad de este analgésico que una dosis considerada letal para un adulto.

Acusada de homicidio

Según el sheriff del condado, Bill Leeper, los servicios de emergencias recibieron una llamada alertando de que un niño muy pequeño había dejado de respirar y no tenía pulso. Los sanitarios desplazados hasta el domicilio de la joven, que convivía con sus padres, intentaron reanimar al bebé, pero sin éxito. En un desesperado intento por salvarle la vida, lo evacuaron de urgencia al hospital de Jacksonville, donde llegó ya muerto, y donde solo pudieron certificar su defunción.

En el momento de los hechos, los padres de la adolescente se encontraban en el domicilio, pero los investigadores están convencidos de que fueron únicamente las acciones de la detenida las que llevaron a este trágico desenlace. "La sospechosa llevó a cabo conscientemente un acto que tendría que haber sabido que causaría la muerte a su hijo", aseguró Leeper en rueda de prensa. La joven está acusada de homicidio con agravantes y posesión de una sustancia ilegal, y está pendiente de juicio.

Quería darle cocaína

Según el sheriff, durante la primera interrogación, que tuvo lugar en el mismo domicilio mientras intentaban reanimar al bebé, la detenida aseguró que no sabía qué había pasado; se había despertado de la siesta y se había encontrado con que su hijo no respiraba. Después de ser trasladada a dependencias policiales, sin embargo, confesó haber añadido una sustancia, que ella creía que solo era cocaína, al biberón del pequeño, porque quería descansar un rato y el niño no se dormía. Los agentes de la oficina del sheriff y del Departamento de Menores y Familias de Florida sigue investigando este suceso.