La erradicación de las bandas juveniles de Madrid se han convertido en una de las prioridades con respecto a la seguridad ciudadana, ya que son muy peligrosas y están formadas por centenares de jóvenes y menores de edad dispuestos a matar para pertenecer al grupo. Los agentes las definen como escuelas de delincuentes que obligan a sus miembros a pagar una "cuota de permanencia" bajo amenazas.
El asesinato de Jaime, un menor de 15 años muerto a machetazos y a puñaladas en la calle Atocha de Madrid ha puesto de manifiesto la problemática social que suponen las bandas urbanas de la capital española. Han salido a la luz muchos detalles para entender cómo funcionan estas tribus urbanas que tanto preocupan a los ciudadanos.
El enfrentamiento entre los Dominican Don't Play y los Trinitarios
Las dos bandas más activas y peligrosas son los Dominican Don't Play y los Trinitarios, estos últimos aliados con los Bloods. Aunque estos dos grupos están enfrentados entre ellos, en realidad, son muy parecidos. Aunque el origen de las dos bandas es de Latinoamérica, la mayoría de sus miembros tienen la nacionalidad española y son de diferentes orígenes, dominicanos, rumanos, españoles y marroquíes, entre muchos otros.
Extrema violencia para controlar los barrios de Madrid
No obstante, lo que más caracteriza estas bandas, es su extrema violencia y la lucha que tienen para controlar diferentes zonas de Madrid. Actualmente, se pelean para apoderarse del control de los barrios de Usera y Villaverde.
Están involucrados en asesinatos, robos con mucha violencia, prostitución, narcotráfico y compraventa de armas. Este 2022, en menos de tres meses, ya han cometido más de 35 incidentes, explica Caso Abierto.
Así captan a los menores de edad en estas bandas juveniles
Los líderes de las bandas captan menores de edad en situación vulnerable a fin de que cometan crímenes con más impunidad que los mayores de edad. De hecho, hay niños de 12 años que ya pertenecen a estas peligrosas bandas. Los convencen de unirse prometiéndoles alcohol, drogas, protección y sexo con otras adolescentes de la banda.
Cuota de permanencia de entre tres y 10 euros semanales
Una vez entran en estas bandas, es muy complicado salir: les hacen pagar una cuota de entre tres y 10 euros a la semana. Como muchos de estos adolescentes no están en edad laboral ni trabajan, empiezan robando dinero a sus familiares para pagar la cuota de permanencia y, poco a poco, empiezan los robos con violencia e intimidación en la calle.
Muy complicado de salir de la espiral de la delincuencia
A la presión de tener que pagar esta cuota se le tiene que sumar la prisión de los líderes de las bandas, que los amenazan para que no abandonen a la tribu urbana, hecho que hace entrar a los novatos en un círculo de delincuencia de lo que es muy complicado salir y que acaba derivando en abandono escolar y familiar, peleas, robos y, en el peor de los casos, asesinatos.