El joven de Malasaña que denunció una agresión homófoba en Madrid por ocho presuntos encapuchados y que finalmente rectificó y confesó que fue una relación sexual consentida está en problemas: "quiero que me trague la tierra". El joven presentó la denuncia falsa para ocultarle a su novio que las heridas que presentaba fueron fruto de una práctica masoquista con otros dos hombres. Además de las consecuencias legales a las que se puede enfrentar el denunciante, los dos hombres que le provocaron las heridas también podrían tener consecuencias aunque fueran consentidas. 

Consecuencias legales para los autores

Dos hombres contactaron por redes sociales con el joven de Malasaña y aunque, según ha reconocido el joven, los hechos fueron consentidos, la "brutalidad de las heridas" -le cortaron el labio con un cúter y le grabaron la palabra "maricón" en el glúteo-, los autores, que ya han tomado declaración en comisaría, podrían tener consecuencias legales. 

Agresión homófoba falsa Malasaña / Cuatro al Día

Agresión homófoba falsa Malasaña / Cuatro al Día

El artículo 148 del Código Penal expone que: "el que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental, será castigado, como reo del delito de lesiones con la pena de prisión de tres meses a tres años o multa de seis a doce meses, siempre que la lesión requiera objetivamente para su sanidad, además de una primera asistencia facultativa, tratamiento médico o quirúrgico". Es decir, para que sea un delito grave de lesiones tiene que requerir de un tratamiento médico y posterior tratamiento quirúrgico.

Si el médico considera que las lesiones conllevan tal procedimiento, los autores serían imputados por un delito de lesiones castigado con de seis meses a tres años de cárcel, aunque se rebaja uno o dos grados por ser consentido y se castigaría con unos pocos meses de prisión, recoge NIUS.  

¿A qué se enfrenta la falsa víctima de ataque homófobo?

El denunciante, de 20 años, podría haber incurrido en un delito de simulación de delito, o incluso de denuncia falsa.

Aunque cuando rectificó y confesó ya se había iniciado una investigación, el caso aún no ha pasado a disposición del titular del juzgado instructor, que será quién decida qué tipo de delito incurre la falsa agresión denunciada.

Juicio juez martillo

Tribunal / Arxhivo

El letrado argumenta que para que se imputase claramente un delito de denuncia falsa, el culpable -antes víctima- tendría que haber acusado directamente a alguien. El chico señaló a ocho encapuchados pero no reveló datos de su presunta identidad ni elementos que sirvieran para su identificación.

En cuanto a la parte estrictamente legal, el delito de simulación de delito está contemplado en el artículo 457 del Código Penal español con penas de multa de entre seis y doce meses.

Por su parte, el delito de denuncia falsa supone una circunstancia más grave, que se recoge en el artículo de 456 del mismo código y puede ser castigado con penas de prisión de entre seis meses y dos años, además de multas entre doce y veinticuatro meses, si se imputara el delito como grave; una multa de doce a veinticuatro meses si fuese un delito menos grave; y la pena de una multa de tres a seis meses si se considerase delito leve.

Masoquismo e infidelidad: Causas de la denuncia homófoba falsa

Según han informado a Europa Press fuentes policiales, el chico afirmó que después de dichas prácticas sexuales vio la gravedad de las heridas, con marcas de un cúter en el labio y en la nalga tatuada la palabra 'maricón', y llamó a su novio. Este se trasladó al domicilio y le curó las lesiones. 

El denunciante no quería que su novio se enterara de que le había sido infiel con dos hombres en ese mismo piso y por eso supuestamente se inventó la versión de la agresión de ocho hombres encapuchados en la puerta de su casa. La pareja le insistió, ante la gravedad de lo sucedido y engañado, que acudieran al centro de salud. Allí la enfermera que le asistió le indicó que comunicaría a la policía lo ocurrido, siguiendo el protocolo de agresiones.