Igor Postolache, el presunto asesino de la niña de 14 años de Oviedo, ha ingresado en la prisión de manera provisional. Ha recibido el alta recientemente, ya que estaba ingresado en el hospital: después de matar a Erika se intentó suicidar clavándose 21 puñaladas. Como las probabilidades de que se vuelva a intentar suicidar son muy altas, un preso de confianza de este centro penitenciario lo vigilará.

Igor es un acosador de menores de edad en serie. Fiscalía lo acusa de un delito de asesinato y de otro de agresión sexual en grado de tentativa. El hombre ya había sido denunciado por asediar a otras víctimas: en un caso salió absuelto y en el otro tuvo que pagar una multa de solo 240 euros. También tiene otro antecedente policial por otra violación con el mismo modus operandi.

Cárcel / Pxhere

Igor Postolache, el asesino de la menor de 14 años de Oviedo, ha ingresado en la prisión y un preso de confianza vigilará que no se intente suicidarse / Pxhere

Igor hacía tres semanas que se había mudado al edificio donde vivía la víctima y se había obsesionado con ella. Un día que estaba volviendo de la escuela la abordó y la mató a cuchilladas. Acto seguido se empezó a autolesionar y estuvo una semana ingresado en la UCI con un pronóstico grave.

Un rastro de sangre hasta casa del acosador de Oviedo

La jueza del caso se desplazó al hospital para informar de que, cuando recibiera el alta, tenía que ingresar en la prisión de manera provisional y sin fianza. El martes, Igor abandonó el hospital universitario de Asturias, donde estuvo ingresado desde el 5 de abril, el mismo día que cometió el crimen: la abordó cuando estaba en el interior del domicilio y fue el hermano de la víctima quien dio la voz de alarma, ya que vio un rastro de sangre que conducía cabe en casa del acosador.

Activan el protocolo antisuicidio con un "preso de confianza"

El presunto asesino se ha acogido a su derecho a no declarar y ya ha ingresado en la prisión a la espera de que se celebre el juicio. Desde el Centro Penitenciario de Asturias han aplicado el "protocolo antisuicidio" y le han asignado un "preso de confianza" que vigilará que no se autolesione ni se intente suicidarse.

"La madre no tiene por qué pedir perdón, no tiene la culpa de lo que haga su hijo"

La madre del presunto asesino ha escrito una carta pidiendo disculpas, pero los padres de la víctima han remarcado que no es ella quien tiene que pedir perdón, sino su hijo, que ha creado un dolor inimaginable a la familia, que todavía no da crédito a lo que ha pasado. "La madre no tiene por qué pedir perdón, no tiene la culpa de lo que haga su hijo", concluye la madre de Erika.