Florencia Aranguren, una joven argentina de 31 años que residía en Andorra, fue asesinada a cuchilladas este miércoles en Búzios, en Brasil, donde estaba de vacaciones. El cuerpo, que presentaba múltiples heridas de arma blanca, fue encontrado en un camino cerca de la playa de José Gonçalves, custodiado por el perro de la joven, que permaneció a su lado todo el tiempo. La Policía Militar de Brasil inició una investigación por homicidio y en cuestión de horas detuvo a un hombre como sospechoso, cuya identidad no ha trascendido.
El hombre fue detenido en una casa próxima a la escena del crimen mientras intentaba deshacerse de ropa manchada de sangre. En un examen forense la policía detectó que tenía marcas en el cuerpo que encajarían como señales de una lucha física y encontró más manchas de sangre en los pantalones y en un zapato, que se analizarán para comprobar si coinciden con el ADN de la joven.
La mascota de la víctima también estaba manchada de sangre, motivo por el cual se sospecha que el animal habría atacado al asesino para proteger a su propietaria. Según informa la radio Folha de Búzios, los agentes policiales trasladaron al sospechoso al lugar del crimen y el perro tuvo una reacción violenta al verla, una señal alarmante, teniendo en cuenta que se mantuvo sereno con la presencia de los agentes policiales. El presunto asesino, que posteriormente fue trasladado a una comisaría, no tenía ningún vínculo aparente con la joven, pero sí que tiene antecedentes penales por robo y lesiones corporales.
Una cámara de seguridad sitúa al sospechoso a la escena del crimen
Todavía hay otra prueba que incrimina al sospechoso. Una cámara de seguridad de una vivienda registró el momento en que Aranguren pasea por el camino con su perro en dirección a la playa. La joven pasa a las 7:05 de la mañana, y a las 7:28, 23 minutos después, pasa el hombre en bicicleta en la misma dirección. El vehículo fue encontrado en el bosque en los alrededores del lugar del crimen poco después.