Momento de angustia y tensión los que este sábado por la mañana se vivieron en la playa de Cunit (Tarragona). Una mujer iba paseando con su perra, Nala, por el paseo marítimo, cuando otro perro que iba desatado se acercó al animal con la intención de atacarlo. Asustada, la perra dio un tirón para soltarse de su propietaria y salió corriendo hacia la playa, pero su atacante no paraba de perseguirla. Al llegar al espigón, viéndose acorralada y sin escapatoria, saltó al mar. Las corrientes marítimas, sin embargo, se la llevaron agua adentro y desapareció ante la desesperación de sus propietarios.
Inmediatamente, alertaron a los servicios de emergencias y se montó un amplio dispositivo con agentes de la Policía Local de Cunit, de los Mossos d'Esquadra, de los Bombers de la Generalitat y de Salvamento Marítimo. Estuvieron buscando durante un buen rato, pero sin resultado. Los equipos de rescate empezaron a plantear la posibilidad de que la corriente del mar se la hubiera llevado en dirección a Segur de Calafell, sin embargo, los propietarios decidieron ir hacia el otro lado, al puerto de la antigua térmica de Cubelles, para ver si desde el espigón la podían ver. También preguntaron a los pescadores que había en la zona, pero tampoco lo habían visto.
Dando vueltas a una boya a 300 metros de la arena
Cuando Nala llevaba ya una hora desaparecida, a uno de los pescadores le pareció ver una cosa que se movía en círculos en torno a una boya situada a unos 300 metros de la playa. El hombre no dudó y se lanzó al agua sospechando que podría tratarse de la perra. Una vez llegó a ella, Nala, que estaba exhausta y a duras penas podía respirar, se acercó a él al ver una salvación. El pescador la cogió del collar y la llevó hasta la arena, donde la entregó a los equipos de emergencias. Aunque se marchó, los propietarios de la perra hicieron un llamamiento en redes para encontrarlo y, por la noche, pudieron quedar con él para agradecerle lo que había hecho. Desde la entidad Peludos Felices de Cunit, que han dado a conocer la historia, recuerdan la importancia de llevar a los animales atados, ya que nada de eso hubiera pasado si el dueño del perro atacante lo hubiera llevado con la correa.