Ángel González Acosta, de 88 años, fue dado por muerto hace once años. Tras un complicado proceso judicial, ha podido volver al mundo de los vivos, de donde fue borrado el pasado 2010. Esta es su historia.

Ángel González, resucitado de La Palma

El final del proceso lo ha vivido desde Yaracuy, en Venezuela, a donde viajó Ángel en 1978 buscando una vida mejor. Nacido en La Palma en 1933, dejó en su tierra natal a María, su hija, y a su mujer, para casarse de nuevo en el país latinoamericano y tener a su segunda hija, Angélica.

Ha sido ella misma quien ha relatado el desenlace al medio El Día. "Aquí lo tengo, más vivo que nunca", aseguraba al diario tinerfeño. Y se remontaba al principio de la historia.

Todo empezó el 3 de noviembre de 2010 cuando el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma, lo dio oficialmente por muerto en una sentencia. Y no fue hasta el pasado miércoles cuando pudo volver a estar entre los vivos a ojos de la justicia, con todos sus derechos y deberes.

Dado por muerto por su propia hija

"No ha sido fácil para mi padre, ni lo sería para cualquiera, haber estado tantos años declarado oficialmente muerto por culpa de una hija que vive en La Palma, con todos los problemas que eso conlleva. Desconocemos a día de hoy las causas reales que llevaron a mi hermana a tomar esa nefasta decisión", detallaba Angélica.

Y es que fue María la que inició el procedimiento, alegando que hacía 30 años que no sabía nada de su padre. A partir de su denuncia, la jueza aseguró que se intentó localizar a Ángel en Venezuela, pero que las gestiones, hechas en 2010, "resultaron infructuosas".

Entonces se aplicó el artículo 193 del Código Civil, que permite declarar la muerte de una persona después de diez años desde las últimas noticias sobre su paradero o después de cinco años en caso de que hubiera cumplido los 75.

En este caso se cumplían ambas condiciones. La jueza incluso fijó en su sentencia la fecha oficial del fallecimiento: 1 de enero de 2008, y nadie recurrió la decisión.

Vuelta a la vida tras más de diez años

Y no fue hasta nueve años después de morir, en 2017, cuando González se enteró de su propia muerte. Fue una partida de nacimiento que le llegó por correo y que tenía una nota al margen que apuntaba la fecha de su defunción.

Sorprendidos, él y su hija Angélica pensaron que sería un error, pero tras indagar se dieron cuenta de que había una sentencia judicial en La Palma que lo confirmaba.

Con la ayuda de la Embajada de España y la Delegación del Gobierno de Canarias en Caracas, que fue "clave" según Angélica, el miércoles Ángel volvió a la vida, dando fe ante un tribunal y recuperando los servicios para emigrantes que ofrecen los gobiernos español y canario.

Solidaridad con La Palma tras la erupción

El anciano nació en La Laguna, pero se crio en La Palma, donde vivió en la calle Enrique Mederos de Los Llanos de Aridane hasta 1978, cuando se fue a Venezuela. Allí rehizo su vida con la agricultura, comprando y vendiendo productos.

Erupción volcán La Palma / EFE

Erupción volcán La Palma / EFE

Ahora, según asegura su hija, que prefiere contar la historia para no disgustar más a su padre tras el largo proceso, Ángel está "muy apenado" por lo que está pasando en La Palma: "Es una pena todo lo que está ocurriendo con el volcán, la catástrofe que está provocando en una tierra que mi padre lleva en el corazón. Toda nuestra solidaridad con los palmeros".