Error monumental en una residencia de ancianos de Ourense: una anciana que, supuestamente, había muerto de Covid-19, reaparece en el geriátrico diez días después de su entierro.
Anciana de Ourense 'muerta' por coronavirus
Rogelia Blanco es una anciana de 85 años de Ourense que, teóricamente, fue enterrada hace diez días y, según los médicos, había muerto de coronavirus. No obstante, cuando todo el mundo ya había asimilado su muerte, ha reaparecido en la residencia de San Rosendo de Xove, un pequeño pueblo de Galicia.
Rogelia Blanco reaparece 10 días después
Ramón, el marido de Rogelia, no da crédito a la surrealista situación, ya que se pensaba que no la volvería a ver nunca más. El resto de su familia tampoco se puede creer que Rogelia esté viva: todo el mundo estaba convencido de que había muerto porque era lo que les habían dicho en la residencia.
¿Pero cómo es posible que se haya cometido este enorme error? Los trabajadores de la residencia habían confundido a Rogelia con Concepción Arias: eran compañeras de residencia y las dos fueron trasladadas al centro médico de Pereiro de Aguiar porque estaban infectadas de Covid-19.
Error de identificación del cadáver
Concepción Arias murió de coronavirus y Rogelia Blanco sobrevivió. No obstante, hubo un error en la identificación del cadáver de Arias y lo confundieron con el de Blanco, de tal manera que alertaron a la familia que Blanco había muerto, pero en realidad se trataba de un error, ya que seguía ingresada en el centro médico.
Al cabo de 10 días, recuperada del virus, ha vuelto a la residencia de Xove ante la mirada atónita de todo el mundo, según informa El Progreso. Desde el geriátrico, se ha comprometido a reforzar el control de entradas y salidas de pacientes que sean trasladados a otros centros para evitar este tipo de errores.
Fundación San Rosendo
"Entre las personas trasladadas al hospital había dos mujeres que tenían asignada la misma habitación. Un error de identificación del proceso de traslado desde Xove a Pereiro de Aguiar fue la causa de que el 13 de enero se certificara la muerte de una de ellas, aunque se le asignó la identidad de su compañera", explican desde la Fundación San Rosendo.