Con la llegada de la temporada de cerezas, coincidiendo con el aumento generalizado de los precios de los últimos meses, los ladrones no dudan en meter mano en fincas de agricultores leridanos, sobre todo en la zona de la Franja de Ponent, para llevarse grandes cantidades de la fruta. Los robos están siendo tan frecuentes que los campesinos afectados se han visto obligados a incrementar la vigilancia de sus parcelas, bien pasando la noche en ellas o bien invirtiendo en guardias privados para hacer frente a esta oleada de delincuencia. Las fincas más afectadas son aquellas que se encuentran cerca de las carreteras, ya que eso permite a los ladrones acercarse sin muchas dificultades y huir rápidamente una vez han llenado sus vehículos.
Tanto los Mossos d'Esquadra como la Guardia Civil han sido alertados de la situación, pero los agricultores reclaman más vigilancia policial en los caminos que llevan a las parcelas, bastante apartadas de los núcleos urbanos, lo que juega a favor de los ladrones, según han explicado los afectados al diario Segre. Además, han añadido que muchas veces los delincuentes actúan a plena luz del día, sabiendo que las víctimas no se enfrentarán con ellos porque van en grupos numerosos que intimidan a los campesinos.
Una problemática que se ha agravado
Manel Solé, alcalde de La Granja d'Escarp, uno de los municipios más afectados, ha asegurado al mencionado diario que, aunque la problemática de los robos de cerezas no es algo nuevo, sí que se ha detectado un aumento de los casos este año, con los ladrones accediendo a una misma finca en varias ocasiones, día y noche.
Los Mossos y la Guardia Civil, a pesar de tener constancia de los hechos, no han recibido todavía ninguna denuncia formal sobre los robos de cerezas. De todos modos, la policía catalana ha empezado a intensificar los patrullajes en la zona para poner punto final a estos incidentes.